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Bangui (Agencia Fides) - La República Centroafricana es a la vez tierra de acogida de refugiados y territorio del que sus habitantes huyen para buscar la salvación en los países vecinos. Esto se debe a que varias zonas centroafricanas están marcadas por la inestabilidad provocada por grupos guerrilleros o de bandidos, o por mercenarios (véase Fides 23/1/2024). Los mismos vecinos de Centroáfrica se encuentran en una situación precaria, como en Sudán, Sudán del Sur y Chad.
Después de varios años hay más de seiscientos mil centroafricanos a la espera de volver a su país gracias al programa para su repatriación coordinado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en colaboración con el gobierno de Bangui.
El programa comenzó hace siete años y prevé que en 2024 los refugiados centroafricanos que viven en la República del Congo, la República Democrática del Congo, Chad y Camerún sean repatriados gradualmente.
Sin embargo, es necesario apoyar al gobierno centroafricano en el desarrollo de infraestructuras sociales básicas como escuelas, centros de salud, pozos, con el fin de ofrecer unas condiciones de vida dignas a los repatriados. Para ello "se necesita la ayuda de todos. También de las instituciones financieras, como el Banco Africano de Desarrollo, que está dispuesto a apoyar la repatriación; el Estado centroafricano, que debe orientar el desarrollo hacia estas zonas para poder acoger a estas personas", afirma Olivier Fafa, representante del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en África Central.
Al mismo tiempo, el ACNUR y el gobierno centroafricano se han comprometido a proporcionar asistencia duradera a los refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y repatriados acogidos en el país. El ACNUR quiere que los refugiados sean productivos dentro de la comunidad de acogida y participen en la vida económica de la República Centroafricana distribuyéndoles semillas y herramientas agrícolas.
Miles de refugiados han solicitado asilo en la República Centroafricana, principalmente sudaneses y chadianos. "Lo que estamos haciendo por estas personas es garantizarles la libertad de movimiento en términos de protección y documentación. Además de la asistencia de protección, proporcionamos artículos domésticos, agua, refugio y saneamiento", afirma ACNUR.
La Iglesia católica presta apoyo a migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de la trata de seres humanos a través de la Comisión Episcopal para los Refugiados y Migrantes.
“La Iglesia debe estar cerca de los migrantes y refugiados. Muchas personas abandonan este país, a veces no porque lo hayan elegido sino porque se ven obligadas a ello, y la Iglesia, como madre, no puede permanecer hostil a sus hermanos y hermanas”, afirma el cardenal Dieudonné Nzapalinga, arzobispo de Bangui y responsable de la Comisión.
En 2023, gracias a la financiación de la Comisión Católica Internacional para los Migrantes, al menos 542 personas recibieron ayuda de la Comisión, a través de proyectos de educación infantil, apoyo nutricional terapéutico para niños desnutridos y organización de talleres de formación en salud mental y apoyo psicosocial en Bangui, Boda, Bossangoa y Bouar.
(L.M.) (Agencia Fides 24/1/2024)
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