Abuja (Agencia Fides) - El temor a una posible escasez de combustible comenzó a extenderse ayer, 9 de octubre, en el distrito federal de Abuja, donde los automovilistas se lanzaron a comprar por pánico al descubrir que algunas gasolineras no distribuían carburante, creyendo que la ausencia temporal de gasolina era indicio de un inminente aumento del precio en los surtidores.
Las últimas especulaciones sobre una posible subida del precio del combustible en los surtidores llegan dos días después de que la Nigerian National Petroleum Company Limited, NNPCL, desmintiera la información de que planeaba aumentar de nuevo el precio del combustible.
Según la prensa nigeriana, las especulaciones ya están en marcha, en gran parte desencadenadas por la inquietud que suscita el actual conflicto entre Israel y Palestina en Gaza, tras los informes sobre la subida de los precios del petróleo en el mercado internacional por temor a que el conflicto perturbe la producción de Oriente Medio.
Nigeria vive una situación paradójica: es uno de los mayores productores mundiales de crudo, pero depende del exterior para obtener productos petrolíferos refinados, lo que deja al país a merced de las fluctuaciones de los precios en el mercado internacional.
Ya en agosto, el precio de la parafina aumentó un 57,18%, hasta 1.272,40 nairas el litro. Combustible destinado no sólo al uso automovilístico, sino sobre todo a alimentar los generadores diesel utilizados por comerciantes y hogares para compensar los continuos cortes de electricidad de la red nacional.
Si el actual conflicto entre Israel y Palestina se agrava aún más, Nigeria, que todavía no se ha recuperado de la crisis económica tras la invasión rusa de Ucrania, podría enfrentarse a otra crisis energética que podría obligar al gobierno a gastar más dinero en subvenciones.
La paradoja añadida a la que se enfrenta el país es que si, debido al recrudecimiento del conflicto, se produjera una interrupción de la producción en Oriente Medio y, por tanto, una escasez de crudo en los mercados internacionales, Nigeria difícilmente podría aprovecharse de la situación debido a los límites de su producción. Ya ahora, Nigeria no ha podido cumplir su cuota de la OPEP.
Aplastados por los elevados costes de la deuda y los altos precios de la gasolina, los gobiernos de toda África están intentando desmantelar las costosas subvenciones al petróleo, pero las medidas están resultando impopulares y han desatado el descontento no sólo en Nigeria, sino también en Angola. Otro país que exporta crudo pero importa productos refinados del petróleo y donde al menos cinco personas murieron en junio en protestas por la casi duplicación de los precios de la gasolina.
(L.M.) (Agencia Fides 10/10/2023)