ASIA/MYANMAR - Las "siete últimas palabras" de Cristo, camino e inspiración para los cristianos kachin en medio de la violencia

miércoles, 20 septiembre 2023 espiritualidad   fe   peregrinaciones  

Myitkyina (Agencia Fides) - Los fieles cristianos de la etnia kachin, en la diócesis de Myitkyina, en el norte de Myanmar, en una época de sufrimiento y prueba marcada por el conflicto civil, sólo tienen una fuente de inspiración: Cristo crucificado. Sus últimas "siete palabras", pronunciadas en la cruz, tienen un profundo significado y representan una fuente de gracia y una brújula para la vida de los cristianos kachin, como para la de todos los cristianos de Myanmar. Esta ha sido la meditación que ha guiado la experiencia de más de 30.000 personas de la diócesis de Myitkyina, que han participado fielmente en una peregrinación con ascenso al monte Alam Bum (de unos 900 metros de altura), celebrando la Eucaristía en la cima de la montaña. Entre los participantes en la caminata y en la celebración eucarística -celebradas los días 13 y 14 de septiembre, en la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Cruz- había católicos, otros cristianos y budistas. El 80% eran jóvenes y estudiantes, dirigidos por Mons. Andrea Ferrante, Encargado de los Asuntos de la Santa Sede, Mons. Francis Daw Tang, obispo emérito de Myitkyina, Mons. Noel Saw Naw Aye, obispo auxiliar de la archidiócesis de Yangon, y el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y administrador apostólico de Myitkyina.
La meditación propuesta durante la liturgia, presidida por el cardenal Bo, ha retomado las siete últimas palabras de Cristo, actualizándolas en el "aquí y ahora" de los bautizados en Myanmar. La primera frase ejemplifica la compasión de Jesús, que perdona a sus enemigos diciendo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". (Lc 23, 34). "Esto significa para los cristianos de Myanmar recorrer el camino de la reconciliación: perdonar y buscar el perdón; la venganza disminuye nuestra humanidad", señala el texto enviado a la Agencia Fides. La segunda frase ofrece la esperanza de la salvación, asegurada por Jesús al ladrón arrepentido que estaba a su lado: "En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso". (Lc 23,43). "El mensaje claro para nosotros hoy es creer en el poder salvador de Cristo crucificado; la Cruz es nuestro camino de salvación", ha señalado el Cardenal.
En la tercera frase, Cristo confía su madre al discípulo Juan, diciendo: "Mujer, he ahí a tu hijo. Hijo, he ahí a tu madre". (Jn 19, 26-27). "Jesús subraya la importancia del amor y de la comunidad de los creyentes. Al igual que Jesús no nos dejó solos, ofrezcámonos hoy los unos a los otros y construyamos nuestra comunidad con el amor de Jesús", prosigue el texto.
Un grito dirigido al Padre constituye la cuarta frase: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?. "En este grito desgarrador, Jesús nos recuerda el inmenso sacrificio que ha hecho por nosotros. Podemos extraer de ello una lección: en una tierra y una historia marcadas por el sufrimiento, ofrezcamos los dones de la empatía y la misericordia, comprendiendo el dolor de los desdichados, los refugiados, los desamparados", mientras la nación experimenta un aumento constante de desplazados internos, que ha superado los 2,6 millones debido al conflicto civil.
Con la quinta frase, Cristo se muestra sediento de paz, reconciliación y perdón, diciendo: "Tengo sed" (Jn 19,28). Más allá del sufrimiento físico, estas palabras tienen en sí mismas un significado espiritual más profundo: indican "la sed espiritual de la presencia de Dios en cada persona", nos recuerdan que "nuestro origen y destino residen en Dios", el Creador y Consolador, el único y seguro refugio para aquellos que en Myanmar atraviesan el inmenso sufrimiento de la guerra.
Con la sexta frase, Jesús dice que la fidelidad conduce a la salvación definitiva: "Todo está consumado" (Jn 19,30). "Anuncia la consumación de su obra redentora en la Cruz, que lava todo pecado. Entonces podemos centrarnos no tanto en nuestros pecados, sino en la extraordinaria gracia de la redención", exhorta la meditación.
El testimonio final es un acto de entrega, fundamental hoy para los cristianos birmanos: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23,46). "Jesús confió su espíritu al cuidado del Padre, enseñándonos a poner toda nuestra confianza en Dios, incluso ante el sufrimiento, la persecución. La palabra clave, el secreto, es abandonarse al amor de Dios, que se convierte en nuestra única certeza, ofreciendo paz y serenidad incluso ante la muerte", concluye el texto.
Peter Hka Awng Lei, Vicario General de la diócesis, señaló: "Subir a la montaña y meditar y realizar las siete palabras de Cristo ha sido una experiencia de profundo consuelo para los fieles de Myitkyina", donde, de una población total de unos 2,5 millones de habitantes, hay unos 100.000 católicos, repartidos en 32 parroquias.
Según han confirmado a la Agencia Fides fuentes locales, en el Estado de Kachin, al norte de Myanmar, continúan los enfrentamientos entre el ejército birmano y la guerrilla kachin. La rebelión de grupos étnicos minoritarios como los Kachin - que reivindican formas de autonomía - dura desde hace unos 60 años, pero la resistencia antigubernamental ha aumentado considerablemente en el último año, con el nuevo movimiento armado prodemocrático (organizado en las "Fuerzas Populares de Defensa") y los ejércitos históricamente formados por minorías étnicas. Los kachin son uno de los grupos étnicos rebeldes más fuertes, equipados con armas y un ejército, el "Kachin Independence Army".
Asentados en el Estado fronterizo entre Myanmar y China, los kachin son una población de mayoría cristiana, con unos 1,7 millones de habitantes. En ese territorio, la Iglesia católica está organizada en dos diócesis, la de Banmaw (con 40.000 católicos) y la de Myitkyina (con unos 100.000 fieles).
(PA) (Agencia Fides 20/9/2023)


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