Jayapura (Agencia Fides) – “El conflicto en la región de Papua indonesia está destinado a aumentar en intensidad, debido al creciente despliegue de miembros de las fuerzas de seguridad indonesias, tras el caso del piloto neozelandés Philip Mark Mahrtens, secuestrado por el Ejército de Liberación de Papua (TPN-PB) el pasado mes de febrero. Las cuestiones a tratar son variadas y complejas. El sentido de la justicia de la población papú ha sido gravemente violado. Por ejemplo, personas sospechosas de cometer abusos contra los derechos humanos en 2014 en Paniai, una pequeña ciudad de la regencia de Puncak Jaya, han sido puestas en libertad sin cargos por el tribunal local. La libertad de expresión de grupos de estudiantes ha sido reprimida por las autoridades locales. Varios funcionarios públicos han sido detenidos acusados de corrupción, entre ellos el gobernador de Papúa, Lukas Enembe, y el regente de Memberamo Central, Ricky Ham Pagawak. Además, a causa de la violencia, las clases escolares están interrumpidas en la regencia de Pegunungan Bintang, mientras que el programa de transmigración a las nuevas regiones autónomas, promovido por el gobierno central, provocará un desplazamiento cada vez mayor de los indígenas papúes”: estas son las cuestiones presentadas por el padre Alexandro F. Rangga OFM, Coordinador de la Oficina "Justicia, Paz e Integridad de la Creación" de los Hermanos Menores en Papúa Occidental, región de Indonesia atormentada por la violencia y la inestabilidad.
El gobierno de Yakarta ha intentado abordar la cuestión aprobando la "Segunda Autonomía Especial" y creando la "Nueva Región Autónoma" en 2022. Sin embargo, estos actos políticos "hasta ahora no han servido para aplacar las tensiones, sino que han creado más divisiones entre los que están a favor y los que están en contra", señala el fraile. Además, la idea de un diálogo entre Yakarta y Papúa, previsto por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Indonesia, se ha encallado porque el conflicto armado entre el Ejército de Liberación de Papúa y el Ejército indonesio no ha logrado establecer una tregua, condición previa para las conversaciones.
Con este telón de fondo, el pasado mes de febrero tuvo lugar en la diócesis de Jayapura, capital de Papúa, la ordenación episcopal y toma de posesión de monseñor Yanuarius Teofilus Matopai You, el primer indígena elegido por la Santa Sede para dirigir la Iglesia local. El obispo anunció inmediatamente su compromiso de hacer de Papúa, desde hace décadas martirizada por intensos conflictos, "una tierra de paz", relanzando la campaña -iniciada en 2006- con el mismo título, compuesta de pequeños gestos, encuentros, conversaciones informales, creación de redes entre las realidades de la sociedad papú, todo ello encaminado a evitar y detener la violencia.
En la comunidad católica local, muchas realidades trabajan para intentar reducir el conflicto y fomentar un ambiente de reconciliación. La Comisión Franciscana de "Justicia, Paz e Integridad de la Creación" sigue trabajando en red y colaborando con otras ONG, promoviendo actividades encaminadas a desarrollar un plan de "justicia transicional", apoyando a la nueva Comisión Nacional Indonesia para la Defensa de los Derechos Humanos en Papúa. Con este fin, la Comisión franciscana ha publicado y presentado un libro-informe titulado "Terpasung of Rumah Sendiri" ("Atrapados en nuestro hogar"), que relata episodios y crónicas del pueblo papú que ha sufrido la injusticia, la violencia y la represión de las fuerzas indonesias en los últimos años. La red franciscana intenta vigilar las violaciones de los derechos humanos, centrándose en las recomendaciones internacionales de la ONU. Gracias a la ONG acreditada por la ONU "Franciscans International", los franciscanos locales participarán en la 53ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en junio de 2023, presentando un informe sobre la situación sobre el terreno en Papúa.
Al mismo tiempo, la Comisión se ocupa del acompañamiento pastoral y social de las víctimas y, en las próximas semanas, tiene previsto organizar encuentros interreligiosos de jóvenes y reuniones con escritores. También tiene previsto elaborar productos de comunicación como vídeos y podcasts centrados en la consolidación de la paz y organizar una conferencia nacional -que se celebrará en junio de 2023- como momento útil para explorar y reflexionar sobre posibles vías de paz en Papúa.
La región de Papúa (la parte occidental de la gran isla de Nueva Guinea, ed.) se convirtió en territorio indonesio en 1969 gracias a un controvertido referéndum conocido como "Acta de Libre Elección", en el que 1025 personas seleccionadas por los militares indonesios votaron a favor del control indonesio sobre la región.
Pocos meses después de la anexión indonesia, se formaron los primeros grupos independentistas del partido "Movimiento Papúa Libre", a los que siguió poco después el nacimiento de un movimiento armado, el Ejército de Liberación Nacional de Papúa Occidental (TPN-PB), En el conflicto subsiguiente ha habido hasta la fecha entre 100.000 y 400.000 bajas, según diversas fuentes. Según los observadores de la ONU y organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, la respuesta indonesia ha sido "totalmente desproporcionada", ya que las milicias del TPN-PB disponen de armas como arcos y lanzas (y muy pocas armas de fuego).
La represión contra la población indígena también ha ido acompañada, en los últimos 20 años, de una política de colonización indonesia, que ha favorecido una migración masiva de la población javanesa hacia Papúa: mientras que en 1971 la población indígena era del 97%, hoy apenas supera el 50%. De este modo, Yakarta ha intentado diluir las ambiciones secesionistas de los indígenas papúes.
(PA) (Agencia Fides 29/5/2023)