Sao Paolo (Agencia Fides) - “Superemos la barrera de la indiferencia, creemos conciencia de la valiosa aportación que los refugiados y migrantes venezolanos suponen para el país que los acoge. Aprendemos a derribar los muros que nos separan y a crear puentes de encuentro para enriquecernos”. Así lo subrayó el presidente de Red Clamor, monseñor Gustavo Rodríguez, arzobispo de Yucatán-México, al presentar el informe, elaborado por Red Clamor con el apoyo de Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y el Consejo Episcopal Latinoamericano, (CELAM) sobre refugiados y migrantes que han partido desde Venezuela a varios países de América Latina para escapar de la grave situación en su país.
Como recoge la nota enviada a la Agencia Fides, el informe tiene como objetivo compartir los testimonios de los refugiados y migrantes venezolanos, visibilizando sus sentimientos, los desafíos que han tenido que afrontar y la fuerza con la que han superado todo tipo de dificultades. El trabajo también ofrece una serie de recomendaciones para promover la protección y el desarrollo global de los refugiados y migrantes en sus comunidades de acogida.
Son más de 200 testimonios los recogidos. Hablan de retos comunes como la xenofobia y la discriminación, obstáculos para el respeto de los derechos y el acceso a la integración social, así como las numerosas dificultades encontradas para su inclusión laboral. Además, la pandemia de coronavirus los ha expuesto a dificultades y riesgos aún mayores, ya que muchos han perdido su fuente de ingresos y, en ocasiones, incluso sus hogares, convirtiéndolos en víctimas potenciales de la pobreza, el desalojo forzado, la explotación o la violencia y el maltrato de todo tipo.
El informe está dividido en cuatro capítulos: el primero analiza los motivos de la emigración de Venezuela (violencia política y generalizada, motivos de seguridad, problemas de salud, nutrición, educación); el segundo examina las rutas de tránsito donde no faltan la xenofobia, la discriminación y la violencia; el tercero presenta la red de apoyo y la red de recepción en las distintas ciudades; el cuarto y último desgrana los retos a afrontar como la xenofobia, la violencia o los derechos.
A partir de la investigación, se formulan una serie de recomendaciones. En primer lugar, la necesidad de lograr una mayor sinergia entre las organizaciones de la Iglesia católica, agencias de Naciones Unidas y otras realidades nacionales e internacionales, para que juntas promuevan el desarrollo integral de refugiados y migrantes. Además, se sugiere presionar a los Estados para que superen las políticas migratorias que consideran a los migrantes y refugiados “un riesgo para la seguridad”, y que se respeten sus derechos y promuevan su integración; piden continuar trabajando con los servicios públicos de diferentes países para sensibilizarlos sobre la recepción de migrantes venezolanos, así como garantizar un mejor acompañamiento a las personas de mayor riesgo (ancianos, niños, solteras, enfermos). Por último, instan a fortalecer los esfuerzos de análisis del mercado laboral en los lugares de recepción evitando la saturación.
(SL) (Agencia Fides 17/11/2020)