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Brasilia (Agencia Fides) – Una ola de mal tiempo ha provocado el tornado más fuerte de los últimos 40 años, causando una destrucción generalizada, con muertos y heridos, en el sur de Brasil. La ciudad de Rio Bonito do Iguaçu ha resultado especialmente devastada.
Según las autoridades locales, la tormenta, con vientos de más de 250 km/h, ha arrasado viviendas y ha dejado desaparecidos, lo que ha llevado a las autoridades a declarar el estado de emergencia. Los equipos de rescate continúan buscando entre los escombros, mientras que los hospitales atienden a decenas de residentes gravemente heridos. Se trata de uno de los peores desastres meteorológicos que la región ha sufrido en los últimos años.
«Nos unimos en oración por las vidas perdidas y por las incontables familias cuyos hogares fueron destruidos», se lee en el comunicado difundido por la presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), que ha expresado su «solidaridad con la diócesis de Guarapuava, en Paraná, y con los demás estados afectados por las fuertes lluvias».
El panorama en la zona es desolador: casas con los techos completamente arrancados, árboles desraizados, postes de luz caídos y columnas de hormigón derrumbadas. En algunas áreas, se estima que hasta el 90 % de los edificios han quedado parcial o totalmente destruidos.
Junto con la petición de oración y apoyo, los obispos del país han solicitado la colaboración de los fieles, en la medida de lo posible, en los esfuerzos de ayuda humanitaria y reconstrucción en las zonas devastadas. La CNBB ha expresado también su «cercanía pastoral y apoyo a las comunidades y parroquias que se están movilizando en actos concretos de caridad y solidaridad para ayudar a los afectados».
En este contexto de emergencia, Cáritas de Guarapuava, en colaboración con la Región Sur 2 de la CNBB, ha lanzado una campaña de solidaridad para recaudar fondos en favor de las familias damnificadas.
(AP) (Agencia Fides 11/11/2025)
