ASIA/KAZAJSTÁN - Proyectos de agricultura y sastrería durante el confinamiento en la Aldea del Arca

martes, 19 mayo 2020 coronavirus   cáritas   solidaridad   niños   discapacitados  

Almaty (Agencia Fides) – “Los habitantes de la Aldea del Arca podremos considerarnos casi privilegiados, porque vivimos en un área de seis hectáreas y no sentimos el peso de las restricciones impuestas por el Covid-19. Teniendo mucho tiempo libre en estas semanas de encierro, nos estamos dedicando a otros proyectos, realizados en colaboración con la Carita nacional. Uno de estos proyectos es la construcción y el cuidado de un invernadero. Es una iniciativa que nos emociona mucho, porque podría convertirse en una fuente de autofinanciamiento. Poco a poco, los chicos están entendiendo su importancia: antes solo teníamos un huerto sencillo, ahora se está convirtiendo en un compromiso mayor, que debe gestionarse con seriedad y profesionalidad". Así lo explica a la Agencia Fides el p. Guido Trezzani, director de Caritas Kazajstán y misionero en la comunidad de la "Aldea del Arca" en Talgar, cerca de Almaty, mientras se realizan las primeras reaperturas en Kazajstán, después del bloqueo total, que comenzó a principios de abril, para contener la propagación del Covid-19.
Un segundo proyecto, informa el misionero, involucra a los huéspedes de la comunidad en actividades de costura: “Dentro de la aldea hay una sastrería a la que Caritas ha encargado la realización de mascarillas, que luego donaremos a los departamentos de cirugía y oncología infantil del hospital de Almaty” señala don Trezzani.
Sobre la vida de los chicos acogidos, el Director señala: "Para los habitantes de la 'Aldea del Arca', una comunidad que acoge a chicos discapacitados, huérfanos o personas con dificultades familiares, la escuela representa el aspecto más crítico en la fase de bloqueo. Si, con el cierre de las escuelas, los padres de todo el mundo han experimentado el arduo trabajo del aprendizaje a distancia, estas complicaciones se han multiplicado para nosotros debido a la gran cantidad de niños en edad escolar. Se deben proporcionar a todos ellos herramientas tecnológicas, pero los ordenadores y el tráfico de Internet nunca son suficientes. Seguimos auténticas listas de espera para dar prioridad a aquellos que tienen que hacer lecciones y tareas. Es un desafío que se prolongará por algunas semanas. Al principio, los chicos vivían con simpatía la obligación de no ir a la escuela, pero ahora se sienten cansados ​​y no siempre logran obtener buenos resultados. A menudo, también nos encontramos ante maestros que no están equipados y no son lo suficientemente competentes técnicamente. Los desafíos son muchos, pero el espíritu de compartir, la hospitalidad y la solidaridad en la aldea no faltan".
Fundada el 1 de junio del 2000, la Aldea alberga a unos 70 niños, huérfanos o de familias con riesgo, y alrededor de treinta tienen discapacidades físicas y mentales. Desde 2007, se ha creado un centro médico en la estructura que cuenta con una clínica dental, radiológica y de fisioterapia. Los primeros pasos se dieron en 1997, con la recepción de los niños de un orfanato estatal que cerró. Hoy, los niños de familias destruidas por la violencia o el alcoholismo también son recibidos. (LF) (Agencia Fides 19/5/2020)


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