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Sokodè (Agencia Fides) - Según los resultados publicados por la Comisión Électorale Nationale Indépendante (CENI), Faure Gnassingbé acaba de ser reelegido Presidente de Togo para un cuarto mandato con casi el 72.36% de los votos contra el 18.37% de su principal oponente Agbéyomé Messan Kodjo, ex primer ministro y ex presidente de la Asamblea Nacional, y el 4.35% de Jean Pierre Fabre, presidente del principal partido de oposición de Togo, la Alianza Nacional para el Cambio.
A pesar de las protestas de la oposición que denunciaron fraudes, el acceso a Internet estuvo limitado durante el día de la votación y muchos ciudadanos no pudieron votar. “Abordar el desafío de la democracia en África no solo debe ser una prerrogativa de los poderes existentes, sino también de la oposición. El caso reciente de Togo es un ejemplo perfecto de esto" dice el p. Donald Zagore, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, misionero en Togo. "Sin embargo – continúa -, en Togo, la oposición ha cometido serios errores por los cuales debe asumir la responsabilidad".
El misionero señala que la campaña electoral de la oposición se limitó solo a la zona sur y estuvo ausente del norte del país. "Antes la oposición era incapaz de hablar al unísono - continúa Zagore -, y había invitado a sus partidarios a no participar en el censo electoral que tuvo lugar del 1 al 25 de octubre de 2018. Al no participar en las elecciones legislativas del 20 de diciembre de 2018, no obtuvo un representante en el Parlamento. Además, durante la campaña electoral, el objetivo principal era la remoción del actual presidente en lugar de proponer un programa gubernamental sólido al pueblo togolés".
“La debilidad de las fuerzas de oposición sigue siendo un grave problema para la democracia en África: socava la política africana, que por lo general registra una gran falta de argumentos concretos, prefiriendo a menudo un lenguaje de violencia y rebeliones armadas para obtener el acceso al poder", concluye el misionero.
(DZ/AP) (25/2/2020 Agencia Fides)