ASIA/PAKISTAN - La precariedad del sistema sanitario y las dificultades para acceder a los estudios médicos dejan fuera de la asistencia de base a una gran parte de la población

miércoles, 9 mayo 2012

Islamabad (Agencia Fides) – Las condiciones sanitarias en Pakistán son muy precarias y conllevan grandes inconvenientes a la población. El país destina a este sector sólo el 0,7% del PIB. Entre las principales causas de enfermedad y muerte en Pakistán se registran las anomalías congénitas, la gastroenteritis, las infecciones respiratorias, la tuberculosis, la malaria y la fiebre tifoidea. De acuerdo con las estimaciones de las Naciones Unidas, el VIH/SIDA ha causado 4.900 muertes, la hepatitis B y C están a la orden del día y afectan alrededor de 3 millones de personas.
Para la asistencia de 160.943.000 personas (World Health Statistics 2008), el país cuenta con 127.859 médicos, 62,651 enfermeras, 96.000 operadores de salud, con unos 12.804 - 13.937 centros de salud, incluidos los 945 hospitales. El país también cuenta con 4.755 dispensarios, 5.349 centros de salud de base, 903 centros de atención materno-infantil, 562 centros de salud rurales y 209 centros para la tuberculosis.
Las cifras pueden parecer alentadoras, pero en realidad el país tiene un sistema de salud dual, público y privado. Según el gobierno, en teoría, el sistema de salud paquistaní, brinda atención gratuita para todos, mientras que en las últimos dos o tres décadas ha sido privatizado, convirtiéndose en inaccesible para la mayoría de la población. Muchos medicamentos baratos escasean, los precios suben y quedan fuera del alcance de la gente común.
Un estudio detallado de la Ong de Islamabad The Network for Consumer Protection (NCP), ha puesto de manifiesto la limitada disponibilidad de medicamentos esenciales en las estructuras sanitarias públicas y precios insostenibles, fuera del alcance de los más pobres, de fármacos para los tratamientos más comunes adquiridos por privados. Las condiciones precarias generales del estado de salud de los pakistaníes siguen deteriorándose en parte debido a la falta de oportunidades y de educación: la admisión a la facultad de medicina sigue siendo un sueño para los pobres, porque sólo los ricos pueden permitirse el lujo de hacer que sus hijos estudien.
A este escenario se suma la discriminación contra las mujeres que son más de la mitad de la población. Hay pocas mujeres médicos, porque a muchas jóvenes se les niega el acceso a la facultad de medicina. La falta de mujeres médicos, en particular en ginecología, hace más difícil la asistencia y los tratamientos para las mujeres. (AP) (9/5/2012 Agencia Fides)


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