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Islamabad (Agencia Fides) – La asistencia sanitaria materno-infantil en Pakistán es extremadamente precaria, las estructuras sanitarias son débiles e insuficientes. Cada año mueren de 25.000 a 30.000 mujeres debido a complicaciones en el embarazo y el parto. El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) estima que en el país, cada año, hay aproximadamente 5.000 casos de fístula obstétrica, una laceración durante el parto. Más de un millón de niños mueren antes de cumplir 5 años de edad y más de 16.000 en el primer mes de vida. Esta situación se ve agravada por el VIH/SIDA que cada vez es más fuerte.
Según cuanto a referido a la Agencia Fides el padre camilo Mushtaq Anjum, la mayoría de los paquistaníes no tienen acceso a las estructuras sanitarias de base. Las mujeres y los niños son los más vulnerables. La falta de agentes sanitarios empeora el problema y expone a un riesgo mayor este grupo de personas que son los más vulnerables y necesitados de la sociedad. De hecho, las mujeres en esta sociedad patriarcal, a menudo son marginadas en casi todos los sectores, especialmente en el sector de la salud.
Junto con los niños sufren también las consecuencias cuando sus seres queridos, padres, hermanos y otros familiares varones, caen víctimas de las drogas y se convierten en drogodependientes con alto riesgo de contraer el VIH/SIDA o la hepatitis B y C, situaciones que marginan a toda la familia del resto de la sociedad. Sin embargo, refiere el p. Mushtaq, el gran valor de la mujer con hemorragias que cita el Evangelio de Marcos (5,25-34) da esperanza a las mujeres paquistaníes de todas las tradiciones religiosas que tienen hambre de salud y salvación.
El objetivo de los Ministros de los Enfermos es “tratar de imitar a Jesús, el sanador, ayudando a los enfermos a encontrar una respuesta a las preguntas persistentes sobre el sentido del sufrimiento, el mal y la muerte” pone de relieve el padre camilo. Marcadas por condiciones de salud desesperadas, por la pobreza y una sanidad muy precaria, las mujeres pakistaníes necesitan escuchar palabras de consuelo, necesitan gente que luche por sus derechos. (AP) (7/5/2012 Agencia Fides)
