ASIA/PAKISTÁN - La pobreza extrema conduce al tráfico de personas y a la venta de niños para compensar las deudas

martes, 7 junio 2011

Lahore (Agencia Fides) – A pesar de que las leyes que prohíben, los trabajos forzosos para pagar las deudas son muy comunes en Pakistán. Un informe del Gobierno de Estados Unidos del 2009, describe el país asiático como origen, tránsito y destino del tráfico de hombres, mujeres y niños para trabajos forzados y explotación sexual. El principal aspecto de la trata de personas en Pakistán es la de los trabajos forzados. Sobre todo en las provincias de Sindh y Punjab, están muy extendidos los trabajos en los hornos de ladrillos, en las alfombras, en la agricultura, la pesca, la minería, el curtido del cuero, y la producción de brazaletes de vidrio. Según el informe, las estimas de las víctimas del trabajo forzoso son muy diferentes, pero junto con las de los matrimonios forzados y las mujeres que son objeto de comercio para resolver los conflictos entre los grupos tribales o como medio de pago, superan el millón.
En una investigación en el 2003, la ong Pakistan Institute of Labour Education and Research, con sede en Karachi, registró que más de medio millón de personas estaban obligadas a trabajar en los hornos de ladrillos. El Pakistani National Coalition Against Bonded Labour, compuesto por un grupo de organizaciones no gubernamentales locales, describe el fenómeno como "una de las últimas formas conocidas de esclavitud contemporánea, responsable de esta situación en la que viven millones de personas en todo el mundo". Aparte de para pagar las deudas, los padres venden, o tratan de vender a sus hijos por otras razones. En la localidad de Vehari, en el sur de Punjab, se han visto en las calles a mujeres, cuyos esposos eran adictos a las drogas, que trataban de vender a sus hijos porque no podían darles de comer, con la esperanza de que así podrían conseguir una vida mejor. O, siempre en Vehari, niños puestos a la venta para poder permitir la realización de un trasplante a su propia madre.
En un informe reciente, el Asian Development Bank ha puesto de relieve el hecho de que desde principios del 2011, el precio de los alimentos ha aumentado un 10%, sometiendo al estado de pobreza otros 6,94 millones de paquistaníes. Los precios son demasiado altos, el grano se ha incrementado en un 10% y el arroz un 13,1%, y la gente no puede permitirse el lujo de ofrecer a sus hijos una sola comida al día.
En Quetta, capital de la provincia de Balochistán, unos padres han vendido a un hijo por una bolsa de harina de trigo. Según un miembro de la administración del distrito de Vehari se necesita urgentemente una estrategia para crear una red de seguridad social para los pobres, crear empleo y controlar la inflación. (AP) (7/6/2011 Agencia Fides)


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