ASIA/PAKISTAN - Los Obispos sobre la trágica muerte del Gobernador de Punjab, "un mártir de la justicia y de la libertad religiosa”.

viernes, 7 enero 2011

Lahore (Agencia Fides) – “En nombre de los Obispos Católicos de Pakistán, deseo expresar nuestro profundo pesar y nuestras sinceras condolencias por la trágica muerte del Señor Salmaan Taseer, Gobernador de Punjab, que tuvo lugar el 4 de enero de 2011". Lo escribe Su Exc. Mons. Lawrence Saldanha, Arzobispo de Lahore y Presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán en un comunicado del cual ha sido enviada a la Agencia Fides una copia. El gobernador de la provincia pakistaní de Punjab, ha sido asesinado el 4 de enero por uno de sus guardaespaldas en Islamabad. Taseer, que era miembro del People's Pakistan party (Ppp), apoyaba la campaña para la abolición de la ley sobre la blasfemia y había luchado por la liberación de Asia Bibi. Cientos de personas y decenas de representantes del Gobierno han asistido a su funeral en Lahore. El entierro se ha llevado a cabo con los honores de Estado y el féretro ha sido envuelto en la bandera nacional. Entre los presentes se encontraban el Primer Ministro Yusuf Raza Gilani, y los líderes del Partido Popular de Pakistán. El asesino, que ha confesado, afirma que actuó para castigar al hombre político, que habían adherido al frente a favor de la abolición de la ley sobre la blasfemia
En la declaración, el Arzobispo de Lahore hace hincapié en el profundo respeto y admiración que la comunidad cristiana tenía por Salmaan Tasseer, "por sus valientes acciones a favor de la Sra. Asia Bibi, condenada a muerte por la llamada blasfemia". El Gobernador de Punjab "ha trabajado con valentía para derogar la ley sobre la blasfemia, motivo por el cual ha sido duramente criticado. Pero él no ha tenido miedo y ha pagado con su sangre. Realmente puede ser llamado ‘mártir de la justicia y la libertad religiosa’”.
El texto firmado por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, después de haber invocado a Dios por el eterno descanso de su alma y el consuelo de sus familiares, continúa: "Su muerte es signo del creciente fanatismo religioso en Pakistán, que se manifiesta intolerante ante los demás creyentes o cuantos poseen una opinión diferente. Esperamos que se haga justicia y su asesino sea juzgado conforme a la ley y se le dé un castigo ejemplar”.
Por último, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán mantiene su compromiso de "trabajar por el desarrollo de un Pakistán libre y liberal", esperando poder ver Pakistán emerger como un país “progresivo y democrático, donde los derechos de todos, incluidos los de las minorías religiosas, sean respetados y promovidos”. (SL) (Agencia Fides 7/1/2011)


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