ASIA/PAKISTÁN - Familias en misión entre los evacuados, desanimados y oprimidos por las deudas.

sábado, 23 octubre 2010

Karachi (Agencia Fides) - Familias católicas van en misión entre los evacuados por las inundaciones: mientras comienza la difícil fase de reconstrucción y el retorno a la vida normal, "la comunidad católica en Pakistán, en cada diócesis, celebra la Jornada Misionera Mundial con iniciativas de oración y solidaridad entre los evacuados”, dice a la Agencia Fides p. Mario Rodríguez, director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Pakistán.
Mañana, 24 de octubre, en la Jornada Misionera se celebrará en Karachi un seminario de estudio al que asistirán más de 2.000 delegados entre sacerdotes, religiosos y laicos que, a partir del mensaje del Papa, reflexionarán sobre el papel de la comunidad y el papel de la familia en el dar testimonio del Evangelio. "Se remarca, en particular, - dice el P. Mario - el tema de la familia como comunidad misionera. También participan algunas familias de evacuados y algunas familias misioneras que están trabajando entre los refugiados después de las inundaciones". Las familias misioneras ofrecen una solidaridad concreta, pero también psicológica y espiritual. En todas las iglesias de Pakistán, además, se rezará especialmente por los refugiados, y las diócesis han puesto en marcha varias iniciativas especiales de solidaridad "para tratar de encarnar el espíritu de la comunidad misionera, que testifica y anuncia el Evangelio", añade el Director de las OMP.
Al mismo tiempo, mientras las inundaciones han terminado, más de 7 millones de personas sin hogar se preparan para vivir un invierno de penurias. Por ello, los evacuados están trabajando para reconstruir sus hogares tan pronto como sea posible. Según las estimaciones oficiales, alrededor de 2 millones de hogares han sido destruidos por el agua. Los refugiados, para acelerar el tiempo, están asumiendo deudas: "No confían en las ayudas que el gobierno prometió y que no han llegado", señalan las fuentes de Fides. Por ejemplo, en Noshera, en la diócesis de Islamabad, las casas y tiendas han sido completamente destruidas. Simon Gill y su familia lo han perdido todo. Para reconstruir su casa, Gill ha pedido un prestamo de 50.000 rupias a algunos amigos, está cantidad es más de lo que un ciudadano común gana en un año. Sin embargo, servirá sólo para construir los cimientos de la casa: "Lo que no hemos perdido es el coraje y el deseo de reiniciar", dice a la Agencia Fides.
"Las personas evacuadas están haciendo todo lo posible, con las energías y los materiales que puedan encontrar. El gobierno ha prometido 20.000 rupias a cada familia de refugiados, pero el mecanismo de distribución es lento y a menudo poco transparente. Los refugiados se quejan. Y además se trata de una contribución mínima, que no es suficiente para reconstruir una casa", explica a la Agencia Fides Rizwan Paul, presidente de la Ong “Life for All”, que trabaja en la asistencia y la reconstrucción. En la asignación de la "Watan Card" (la tarjeta que da derecho a la contribución de 20 mil rupias, ver Fides 12/10/2010) se han producido disturbios y violencias, debido a los enfrentamientos entre la masa de evacuados y la policía: recientemente en los distritos de Sukkur y Nawabshah se han registrado un muerto y doce heridos entre los evacuados, desesperadamente puestos en las filas con la esperanza de obtener la tarjeta.
También la industria de la construcción es presa de la especulación: si antes de la inundación un saco de cemento costaba 200 rupias ahora cuesta 370, mientras que el precio del acero ha aumentado por lo menos un tercio de su valor. "Para reconstruir nuestra casa tenemos que gastar un 70% más que en el pasado", dice a la Agencia Fides Javed Joseph, de Noshera. La mayoría de los evacuados, debido a estas dificultades, tendrá que pasar el invierno en tiendas de campaña. (PA) (Agencia Fides 23/10/2010)


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