ASIA/PAKISTÁN - Discriminaciones en las ayudas humanitarias y daño a las minorías

viernes, 20 agosto 2010

Lahore (Pakistán) – “Mientras Caritas y las Obras Misionales Pontificias trabajan en la ayuda humanitaria a los desplazados sin discriminación alguna, de proveniencia, raza o religión, en otras zonas los prófugos cristianos, incluso en esta tragedia, son tratados como ciudadanos de segunda clase. Frecuentemente reciben bien poca asistencia, o son excluidos de ella completamente”: es la alarma lanzada a través de la Agencia Fides por el P. Mario Rodrigues, Director de las Obras Misionales Pontificias en el país, hablando de la máquina governativa de la asistencia humanitaria, después de los aluviones que han afectado a Pakistán. El sacerdote señala que las ayudas están llegando “con lentitud y dificultad y que ahora entre los 20 millones de desplazados que luchan por la supervivencia existe el terror de que estallen las epidemias”.
En esta dramática situación se desarrolla una “guerra entre pobres” para hacerse de las ayudas humanitarias aún insuficientes. Y en el mecanismo de distribución de las ayudas, administrado por el gobierno pakistaní, los cristinos se llevan la peor parte: “los prófugos que pertenecen a las minorías religiosas son los más desamparados, excluidos y discriminados. Nuestros sacerdotes, voluntarios, laicos, animadores en las provincias de Punjab, Sindh y Baluchiestan dan vueltas por las zonas afectadas, recogiendo a cientos de desplazados cristianos, abandonados a su propia suerte, llevándolos a los campos administrados por la Caritas y otras Ong de inspiración cristiana, para garantizarles la asistencia mínima necesaria”.
Sobre los efectos a largo plazo del desastre, el P. Mario señala: “Es una desgracia para el país: con esta tragedia comenzará un período oscuro en el que, dada la destrucción de amplias extensiones de campos agrícolas y la muerte del ganado, se presentará un serio problema de seguridad alimentaria, a causa de la carencia de alimento y del aumento de precio de los bienes primarios”.
También la “Jesuit Mission”, servicio misionero de los Jesuitas, ha lanzado un llamamiento a favor de las víctimas del aluvión, asegurando el compromiso de los Jesuitas presentes en Pakistán para la ayuda a los evacuados. En un dramático testimonio enviado a Fides, el P. Jacob Fernando, jesuita de Lahore, cuenta: “Los refugiados están desesperados, no tienen nada. En Multan muchos han acampado afuera de la casa del Obispo, que cada día les ofrece arroz. Por todos lados hay carencia de alimento y numerosas congregaciones de religiosas católicas trabajan distribuyendo alimento y asistiendo sobre todo a los más débiles y vulnerables, mujeres y niños”. (PA) (Agencia Fides 20/8/2010)


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