ASIA/PAKISTÁN - Cristianos asesinados: sobre los derechos humanos la ambigüedad del gobierno y de la policía

miércoles, 21 julio 2010

Islamabad (Agencia Fides) – Más de 60 militantes islámicos han sido arrestados, las investigaciones aún están en curso, y se prevén más arrestos: ésta ha sido la reacción del gobierno y de la policía local de Faisalabad, después del bárbaro asesinado de dos hermanos cristianos, acusados de blasfemia, y después de la noche de violencia contra el barrio cristiano de Waris pura (ver Fides 20/7/2010). El episodio ha levantado reacciones de indignación en la sociedad civil que, a través de distintas organizaciones, denuncia “la ambigüedad del gobierno y de la policía en hacer respetar los derechos humanos en el país”.
La Comisión “Justicia y Paz” de los Obispos pakistaníes, en un informe enviado a la Agencia Fides, afirma: “En cuanto se refiere al respeto de los derechos humanos de las minorías religiosas, en muchos casos, como en el clamoroso caso de Gojra del año pasado, existen pruebas demoledoras de las faltas de la policía y de la administración civil, sobre todo en la prevención de los ataques contra los cristianos, a pesar de la información recibida y del peligro inminente”.
Varias Ong han condenado los hechos de Faisalabad, evidenciando la negligencia de las fuerzas de policía y de las autoridades civiles. Según el Asian Human Rights Commission (AHRC), la raíz del problema hay que situarlo a nivel político: “El gobierno de Puinjab, en manos de la Pakistan Muslim League, es conocido por su permisivismo con organizaciones islámicas militantes, incluso aquellas que han sido prohibidas por la ley. En vistas a las elecciones provinciales del 2009 dejó libre a varios líderes extremistas encarcelados. El hermano del Primer Ministro del Pumjab es miembro de una organización militante que promueve y difunde la violencia”.
La AHRC hace notar además como la denuncia de “blasfemia”, para poder ser válida, tiene que ser registrada por un Superintendente de la Policía, y no por un simple agente, como fue en el caso de los hermanos Emanuel. Por lo tanto, desde el inicio ha habido un error de la policía, que terminó cediendo a la presión de los extremistas.
En un comunicado llegado a la Agencia Fides, otra Ong, la Human Rights Commission of Pakistan le pide al gobierno “terminar con la impunidad de cuantos comenten actos de violencia contra las minorías”, resaltando como “la manera en que los asesinos han logrado escapar es escandalosa. Además, los hechos no eran de ninguna manera imprevisibles o inevitables” y como “no se tomó ninguna medida eficaz para detener a los predicadores del odio que desde las mezquitas de Waris pura – como sucedió también en Gojra en año pasado – incitaban a la violencia”.
Las presiones de la sociedad civil han logrado mover a los altos mandos del estado. El Presidente de Pakistán Ali Zardari ha pedido oficialmente a las autoridades civiles de Punjab “tomar medidas decisivas para asegurar lo más pronto posible el arresto de los culpables”, expresando su solidaridad a la familia de los dos hermanos muertos e invitando al gobierno provincial a darle a la familia una indemnización adecuada. También el Presidente de la Alta Corte de Justicia de Lahore, Khwaja Muhammad Sharif, de propia iniciativa ha convocado para el día de mañana al Jefe de la policía de Faisala para tener un informe más detallado del caso. (PA) (Agencia Fides 21/7/2010)


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