Dili (Agencia Fides) – El drama de quien ha sido obligado a dejar la propia casa, tierra, todos los bienes y propiedades, por violencias y conflictos, es bastante conocido al pueblo de Timor Oriental: la nación, desde su nacimiento, ha estado marcada por los choques entre facciones filo-indonesias e independentistas, que han causado la evacuación de miles de personas. Después de esas heridas, cicatrizadas con dificultad gracias a un proceso de reconciliación nacional, otras laceraciones han atravesado recientemente la sociedad de Timor, creando una vez más prófugos y evacuados internos entre la población.
En el 2006 estallaron nuevos desordenes, debidos a contrastes entre las fuerzas armadas y 591 soldados retirados por el gobierno de Timor Oriental. Los soldados organizaron una protesta y la tensión social se propagó velozmente, causando muertos, heridos, unos cien incendios en Dili y la fuga de miles de familias. Lo ocurrido mostró que, al interno de la sociedad de Timor Oriental, la fractura que divide a los favorables y a los contrarios a la independencia de Indonesia todavía no ha sido sanada.
A distancia de tres años de dichos eventos, han iniciado los primeros regresos para los evacuados, aunque actualmente alrededor de 3000 personas viven en habitaciones de transición.
“Existen todavía problemas de seguridad, disputas sobre la tierra, ocupaciones ilegales de habitaciones: estos problemas impiden un regreso fluido y la reintegración de los refugiados en sus habitaciones de origen”, afirma Isidoro da Costa, Director del Jesuit Refugee Service de Timor Oriental, que opera en el territorio.
Gracias a las organizaciones no gubernamentales que se activaron hace tres años, han sido construidas habitaciones de transición en seis zonas: cuatro en la periferia de Dili, otras en los pueblos cercanos de Tibar y Hera. Cada unidad habitacional hospeda ente cuatro y ocho familias. Todos desean regresar a sus casas y retomar un vida normal, pero el gobierno no ha comunicado todavía cuando se podrá poner la palabra “fin” a esta nueva emergencia.
Ya en el 2006 la Iglesia local había predispuesto lugares y estructuras de acogida para los refugiados provenientes de Timor Oriental (como el centro Salesiano a las puertas de Dili). Hoy continúa en la asistencia a los prófugos, sobre todo buscando garantizar continuidad al servicio de instrucción para niños, muchachos y jóvenes, que constituyen una buena parte de la población evacuada. (PA) (Agencia Fides 21/7/2009 líneas 29 palabras 385)