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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “No se puede, en nombre de Dios, fomentar el desprecio por los demás, el odio y la violencia”. Lo repite una vez más el Papa Francisco que esta mañana antes de la audiencia general se reunió con una delegación de la Asociación de la Comunidad Afgana en Italia en una sala del Aula Nervi. Con la mirada puesta en el país asiático, el Pontífice recordó que Afganistán en las últimas décadas “ha tenido una historia complicada y dramática, caracterizada por una sucesión de guerras y conflictos sangrientos. La inestabilidad, las operaciones bélicas, las divisiones internas y los impedimentos para que se reconozcan ciertos derechos fundamentales han empujado a muchos a tomar el camino del exilio”.
La sociedad afgana, subrayó el Pontífice, como “también la sociedad paquistaní”, está compuesta “por muchos pueblos, cada uno orgulloso de su cultura, sus tradiciones, su modo de vida específico”. Pero “esta marcada diferenciación, en lugar de ser una oportunidad para promover un mínimo común denominador para proteger las especificidades y los derechos de cada persona, es a veces motivo de discriminación y exclusión, cuando no de franca persecución”. Sin embargo, advierte el Papa, “el factor religioso, por su naturaleza, debe contribuir a diluir la amargura de los conflictos, debe crear el espacio para que todos sean reconocidos con plenos derechos de ciudadanía, en pie de igualdad y sin discriminación. Sin embargo, la religión es a menudo objeto de manipulación y explotación, y acaba sirviendo a fines que no son compatibles con ella”.
“Es, por tanto, esencial – continúa el obispo de Roma – que madure en todos la convicción de que no se puede en nombre de Dios fomentar el desprecio hacia los demás, el odio y la violencia. Os animo a trabajar para superar los malentendidos entre las diferentes religiones para construir un camino de diálogo confiado y de paz. No es un camino sencillo, a veces se sufren contratiempos, pero es el único camino posible que hay que recorrer con tenacidad y coherencia si se quiere realmente hacer el bien de la comunidad y promover la paz”.
El Papa recordó su viaje de noviembre de 2015 a la República Centroafricana: “Estuve con la comunidad católica y luego fui a visitar a la comunidad islámica y recé en la mezquita. Allí se celebró un encuentro con los líderes y la mezquita estaba un poco más adelante. Dije: '¿Pero puedo ir a orar?' No esperaban eso. 'Sí', respondieron. Me quité los zapatos y fui a rezar allí. Y entonces el jefe de la comunidad subió al papamóvil y fuimos a visitar todas las comunidades, tanto la islámica, como la protestante y la católica. Y esto une, esto une mucho”.
Finalmente, refiriéndose a lo escrito en el documento sobre la fraternidad humana firmado junto con el Gran Imán de Al-Azhar en Abu Dabi en 2019 el Pontífice concluye: “Espero sinceramente que estos criterios se conviertan en patrimonio común, que influyan en las mentalidades y comportamientos, de modo que los principios no solo se aprecien y compartan de manera abstracta, sino que se apliquen de manera concreta y puntual. Si esto sucede, incluso la discriminación que su Asociación denuncia contra la etnia pastún en Pakistán llegará a su fin y podrá comenzar una nueva era, en la que la fuerza de la ley, la compasión y la colaboración en el respeto mutuo darán lugar a una sociedad más civilizada, justa y humana”.
“Que Dios todopoderoso y misericordioso ayude a los gobiernos y a los pueblos a construir una sociedad donde todos sean reconocidos como ciudadanos plenos con iguales derechos; donde cada uno pueda vivir según sus propias costumbres y cultura, en un marco que tenga en cuenta los derechos de todos, sin abusos ni discriminaciones”, deseó Francisco en forma de oración.
(Agencia F.B. Fides 7/8/2024)
“Voglia Dio onnipotente e misericordioso – la preghiera finale – assistere i governanti e i popoli nella costruzione di una società dove a tutti sia riconosciuta piena cittadinanza nell’uguaglianza dei diritti; dove ognuno possa vivere secondo i propri costumi e la propria cultura, in un quadro che tenga conto dei diritti di tutti, senza prevaricazioni o discriminazioni”.
(F.B. Agenzia Fides 7/8/2024)