Pathein (Agencia Fides) – Unidos en la solidaridad y en la esperanza. Así las comunidades religiosas de Myanmar han querido recordar el evento del ciclón Nargis que hace un año destruyó el Sur del país causando más de 150 mil víctimas. Como Fides ha podido saber por la Iglesia local, en Pathein ha sido organizada, por diversas comunidades religiosas presentes en el país, entre las cuales la Iglesia católica, una solemne celebración para conmemorar a los muertos y fortalecer la esperanza de las familias afectadas.
Numerosos fieles cristianos, budistas, hinduistas, musulmanes y de otras religiones tradicionales se reunieron y rezaron, reforzando el vínculo de solidaridad, compasión, ayuda y conforto recíproco que desde el inicio han caracterizado las jornadas tras el paso del ciclón.
La asamblea de los fieles difundió un mensaje en el que se destacan los valores del amor y misericordia, comunes a todas las religiones: “Una de las nobles palabras de Buda es ‘compasión’. El Islam define a Dios ‘clemente y misericordioso’. El cristianismo llama al Señor ‘Padre de Misericordia’”.
El ciclón Nargis, con toda su potencia destructiva –dice el texto- ha inspirado a todos los creyentes en Myanmar, y estos han resucitado “cual única familia”. Jóvenes y adultos, ricos y pobres, que han dado un aporte poniendo a disposición energía y recursos para la ayuda, sin alguna discriminación de religión o grupo étnico. “Hemos dado una prueba al mundo de que, en días de dolor, hemos sido una sola nación, un pueblo unido, según la religión del corazón, que es la misericordia”. Los fieles del Myanmar quieren hoy recordar aquel espíritu y tenerlo vivo y presente en la sociedad.
“Jesucristo dijo que no existe amor más grande que el dar la vida por los amigos”, destacaron algunos cristianos presentes en el encuentro. “En ocasión del ciclón Nargis, cientos de personas han dado su vida para tratar de salvar otras, dejando un testimonio indeleble”.
La población del Myanmar está superando fatigosamente el desastre, del cual son aún visibles los dolorosos signos y la destrucción, más unida y compacta en torno al espíritu de compasión y solidaridad, que es como una llama que hoy los fieles de todas las comunidades religiosas quieren continuar alimentando. (PA) (Agencia Fides 5/5/2009 ; líneas 27, palabras 365)