Islamabad (Agenzia Fides) – La crisis política y social que parecía afectar gravemente al país en los días pasados ha sido por el momento evitada. El presidente de Pakistán, Ali Zardari, decidió reintegrar al presidente de la Corte Suprema Iftikhar Mohammed Chaudhry, suspendido hace casi dos años por el entonces Jefe de Estado Pervez Musharraf. La decisión ha tenido como efecto el detener las protestas que veían unidos a distintos grupos sociales y políticos como los abogados, las asociaciones por los derechos del hombre, grupos islámicos y seguidores de la Liga Musulmana de Nawaz Sharif. Precisamente el líder de la oposición desafió al Presidente y estaba buscando organizar con un numeroso grupo de simpatizantes una “marcha” desde Lahore hasta Islamabad, capital del país, para denunciar la incoherencia de Zardari, que en el pasado había prometido reintegrar a Chaudhry.
Para poner fin a la crisis el primer ministro Yusuf Raza Gilani anunció además la suspensión de las denuncias contra el mismo Sharif (que tenía pendiente un mandato de arresto domiciliario) y dejar en liberad a las personas arrestadas los días pasados en las manifestaciones anti-gobernativas.
La crisis política en Pakistán preocupaba a la comunidad internacional. Se temía un episodio que pudiera desestabilizar el país favoreciendo a los talibanes pakistaníes y reforzando los grupos terroristas en el país. Los enfrentamientos de poderes y el conflicto entre las distintas facciones dejan mucho espacio a los grupos extremistas islámicos que tienen el control de una región en la frontera con Afganistán. Los extremistas, que se proponen abiertamente derrocar el sistema democrático, ven en las luchas políticas la confirmación de la debilidad de las instituciones y refuerza su intención de imponer la sharia.
El problema del crecimiento del fundamentalismo islámico en el país, en una situación de permanente conflicto político-institucional, ha sido muchas veces denunciado por las minorías religiosas y por la Iglesia católica. En un reciente memorando enviado al gobierno, la Comisión “Justicia y Paz” de la Conferencia Episcopal de Pakistán confirmó que la protección y el respeto de los derechos de las minorías religiosas en Pakistán sigue siendo uno de los temas sensibles a nivel social y político y uno de los sectores sobre los que es urgente legislar (ver Fides 11/3/2009). El documento fue firmado y abalado por otras organizaciones eclesiales y por asociaciones y movimientos de la sociedad civil pakistaní. (PA) (Agencia Fides 16/3/2009 líneas 30 palabras 398)