Colombo (Agencia Fides) – Existe una real emergencia humanitaria para los civiles tamil residentes en el norte y este de Sri Lanka, refugiados a causa del conflicto entre el ejército y los rebeldes del Liberation Tigers of Tamil Eelam (Ltte). Lo afirma el Alto Comisariato de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y otras ONG que se están preparando para afrontar las necesidades más urgentes de más de 150mil civiles que, han huido de las zonas en conflicto (Kilinochchi y Mullaitivu), hacia áreas controladas por el gobierno.
El gran éxodo ha comenzado: hasta ahora más de 13mil personas de las áreas de conflicto han sido alojadas en diversos lugares del Distrito de Vavuniya, base de las agencias humanitarias en el norte, y en Jaffna y en el Distrito de Mannar, en el noroeste del país. Acnur espera otras 5mil personas que deberán llegar a Vavuniya en los próximos días y ha realizado una estrategia de protección y asistencia primaria para los recién llegados. Mientras tanto los funcionarios ONU realizan una obra cotidiana de asistencia en los lugares para refugiados internos y zonas de tránsito, colaborando con el gobierno ceilandés en los varios problemas relacionados al donde acoger a los prófugos.
Acnur ha pedido al gobierno que en todos los sitios de respeten los estándares mínimos previstos por los principios humanos internacionales y el gobierno manifestó su voluntad de adheriré a tales estándares. Además se pide que otras ONGs pueda obtener el acceso a los campos de prófugos y una mayor involucración en los mecanismos de coordinación en el campo para las actividades de asistencia.
Ahora que el ejército ceilandés ha conquistado una gran parte de las provincias bajo el dominio del Ltte –reduciendo a los guerrilleros a una franja en la jungla de 300 km2- la asistencia a los refugiados ha podido iniciarse. Gran parte del trabajo humanitario se realiza en Vavuniya, donde están alojados más de 10mil 200 refugiados internos, a quienes se distribuye ayuda de emergencia. Lo mismo se realiza a favor de los refugiados que se encuentran en Mannar y Jaffna. Más aún, se esperan nuevas oleadas de prófugos por lo que será necesario multiplicar los esfuerzos y recursos para la asistencia.
Mientras tanto, vidas humanas de civiles inocentes en zonas de alta densidad poblacional en la “zona segura” continúan estando en peligro. La “zona segura” no ha sido individuada consensualmente y no responde a ninguno de los requisitos internacionales necesarios. Esta situación ha llevado a violaciones por parte de ambas partes, que han puesto en ulterior peligro la seguridad de los civiles atrapados en la zona segura. “Sin el respeto de las leyes humanitarias internacionales por ambas partes, el derramamiento de sangre no se detendrá”, afirma la ONU.
(PA) (Agencia Fides 12/2/2009; líneas 33, palabras 459)