Yangon (Agencia Fides) – La evangelización en Myanmar avanza bajo el modelo de San Pablo: especialmente la Congregación de los “Hermanos y Hermanas Misioneros de San Pablo”, instituto de derecho diocesano con una rama masculina y una femenina, que puesto en marcha diversas iniciativas de misiones en el territorio birmano, para celebrar el Año Paulino.
Como declaró a Fides el Arzobispo de Yangon, Su Excelencia Mons. Charles Maung Bo, “el Año de San Pablo en Myanmar es una ocasión de fuerte comunión con la Iglesia universal y una oportunidad para la misión. Estamos acompañando a los fieles en la lectura y en la meditación de los textos del Apóstol; en la Arquidiócesis de Yangon vivimos el 2009 como “Año de la Palabra de Dios”. El Arzobispo fundó la Congregación de los “Hermanos y Hermanas de San Pablo” en 1990. Hoy los religiosos y las religiosas continúan llevando el carisma paulino a cada rincón de la diócesis, evangelizando incansablemente.
De manera particular la rama femenina, de las Hermanas Misioneras de San Pablo, cuenta hoy con 80 profesas y 12 novicias. Las religiosas desarrollan su apostolado con los pobres y con los refugiados en áreas remotas, comprometidas en el cuidado de los niños, en la enseñanza y en el trabajo pastoral en la parroquia. Las hermanas se sienten “llamadas a ser misioneras de San Pablo” en un país que continúa que sigue siendo golpeado por la violencia y por la pobreza, que afecta sobre todo a mujeres y niños.
Las Hermanas se encargan de las familias reducidas a la miseria o destruidas por abusos y violencia a causa de la guerra, sacando adelante también casas para huérfanos y acompañándolos en su crecimiento.
“Sin embargo –afirman las religiosas–, no obstante las dificultades y la desolación que vemos cada día, la fe en Dios nos da la fuerza y la esperanza para poder continuar con nuestra misión, dando todo de nosotras mismas, como lo hizo el Apóstol San Pablo”. (PA) (Agencia Fides 9/2/2008; líneas 23, palabras 325)