Estambul (Agencia Fides) – Bajo el ejemplo del pobrecillo de Asís, que se reunió con el Sultán Melek el Kamel, los franciscanos en Turquía con incansables constructores del dialogo islámico cristiano. Entre las iniciativas para mejorar las relaciones, el día de mañana, 24 de octubre, se realizará en los alrededores de Estambul un simposio con el tema: “Relación entre razón y fe en el Islam y en el Cristianismo”, organizado por los Frailes Capuchinos en Turquía, en colaboración con el Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de Islamística de Roma y de la facultad de teología de la universidad de Marmara en Estambul.
Se prevé la participación de los líderes religiosos y civiles, de estudiantes de varios ateneos y comunidades que escucharán las relaciones de los estudiosos cristianos y musulmanes. La finalidad de los encuentros es el “conocerse y respetarse”, según cuanto afirman los frailes franciscanos organizadores. Base para el debate será el conocido discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona y la Carta enviada hace casi un año al Sumo Pontífice por parte de 138 estudiosos islámicos.
La presencia de los franciscanos entre los musulmanes está marcada en primer lugar por el deseo de ver al otro como hermano, por amor a Cristo, y de recorrer el camino del conocimiento recíproco. Esto pasa por la experiencia de la amistad y del compartir, según la metodología del “hacerse el más pequeño” de Francisco de Asís, acogiendo a la persona con quien uno se encuentra junto a su cultura y su tradición religiosa.
“Con las comunidades cristianas –afirman los frailes- compartimos la responsabilidad de llevar un testimonio y un anuncio a los hermanos que aún no conocen el Evangelio de Cristo”, inspirándonos en las exhortaciones de San Francisco: “Movidos por la divina inspiración, id, queridos hermanos, entre los musulmanes. Vivid entre ellos como menores, siendo siempre instrumentos de paz y de reconciliación, sin crear disputas y confesando en todo momento que sois cristianos (Regla no bullada 16,6)”.
La primera expedición misionera a Turquía del Orden de los Frailes Capuchinos se realizó en 1587, para asistir a las comunidades cristianas sustituyendo a los Jesuitas que murieron por la peste. Los misioneros adquirieron rápidamente tanta estima que les fue concedido “ir libremente” por todo el Imperio otomano, un hecho insólito para otros religiosos. Obtuvieron la benevolencia del Sultán en diversas épocas históricas, sin embargo el trabajo de tantos siglos también costó la vida a varios misioneros. Las guerras de los inicios del ‘900 redujeron la presencia capuchina a veinte religiosos repartidos actualmente en seis ciudades: Estambul, Esmirna, Éfeso, Mersin, Iskenderun y Antioquía. Ellos constituyen hoy una presencia incisiva y cualificada que mantiene vivo el testimonio evangélico en Asia Menor, realizando un trabajo pastoral compatible con las leyes locales.
Turquía tiene una población de 70 millones de personas, de los cuales el 99% son musulmanes. Los cristianos son solo el 0,6% de la población, y de estos unos 30.000 son católicos. (PA) (Agencia Fides 23/10/2008; 37 líneas, 496 palabras)