Zamboanga (Agencia Fides) - Son alrededor de 9 millones en el mundo, esparcidos sobre todo en Europa, Medio Oriente, América: trabajadores filipinos en el exterior (“Overseas Filipino Workers”), expatriados por la búsqueda de trabajo, constituyen una potencial fuerza de difusión de los valores de la fraternidad universal. Estos deben llegar a ser agentes de dialogo, paz y reconciliación en los lugares donde viven, a veces en medio a dificultades y discriminaciones. Es este el objetivo del nuevo proyecto lanzado por el Centro “Silsilah”, que opera en Filipinas del Sur para las buenas relaciones y convivencia islam-cristiana, y que está extendiendo su radio de acción con programas e iniciativas en todo el mundo.
El proyecto se titula “Filipino Overseas for Dialogue and Peace” y parte de la premisa por la que los inmigrantes filipinos que dejan el país a la búsqueda de mejores oportunidades de ocupación, para salir del círculo vicioso de la pobreza, son una realidad consolidada, que se debe aceptar. Es también una realidad que tiene sus peligros y aspectos negativos, en cuanto que, dividiendo las familias (dado que uno de los conyugues pasa largos periodos en el exterior), contribuye a la disgregación social en Filipinas. Frecuentemente los niños crecen conociendo solamente a uno de los padres, y se tienen repercusiones negativas también sobre la infancia. Además el fenómeno representa terreno fértil para la criminalidad organizada, que aprovecha para organizar tráficos ilícitos con falsas promesas de bienestar, para esclavizar a las mujeres e introducirlas en el mundo de la prostitución.
Pero esto genera también desafíos y oportunidades a nivel cultural y de evangelización. El programa lanzado por “Silsilah”, colaborando con instituciones del gobierno y ONG, quiere promover y controlar un canal migratorio legal, sano y con destinaciones seguras, ocupándose, en una segunda fase, de la reunión de los núcleos familiares divididos. Además a los trabajadores listos para partir se propone un programa de formación que los haga conscientes de su misión, que va más allá del trabajo: llegar a ser operadores de dialogo, paz y reconciliación, con ejemplaridad de vida, en el testimonio, en la palabra, en las relaciones con los dadores de trabajo o las familias, incluso aquellos de diversa cultura y nacionalidad, que se encontraran en su camino. (PA) (Agencia Fides 12/3/2008 líneas 27 palabras 381)