Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – La vida de los hijos de Dios que caminan en el tiempo es como un nuevo «nacimiento», que se transmite de persona a persona mediante el mismo «movimiento de atracción» experimentado ya en la noche del nacimiento del Niño Jesús en Belén, a través de «personas humildes como María, José y los pastores». Una belleza que atrae, pero que al mismo tiempo suscita una reacción de rechazo por parte de «quienes temen perder su poder, de quienes son desenmascarados en su injusticia por una bondad que revela los pensamientos de los corazones».
Así lo ha recordado hoy el Papa León XIV antes de rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, en el día en que la Iglesia celebra la memoria litúrgica de san Esteban, el primer mártir. Es el día -ha explicado el Obispo de Roma- en el que se conmemora el «“nacimiento” de san Esteban, como solían decir las primeras generaciones cristianas, seguras de que no se nace sólo una vez». El martirio -ha subrayado el Pontífice- «es un nacer al cielo: en efecto, una mirada de fe, incluso en la muerte, ya no advierte sólo oscuridad».
También Esteban había experimentado la atracción de Jesús. Y fue el primero en ser asesinado por quienes rechazaban -y siguen rechazando- esa belleza desarmada que «revela los pensamientos de los corazones». Dirigiéndose a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el Papa ha evocado el episodio del martirio de san Esteban narrado en los Hechos de los Apóstoles, para destacar los rasgos propios e incomparables de la experiencia martirial que ha marcado todo el camino de la Iglesia a lo largo de la historia.
«Quienes vieron a Esteban ir hacia el martirio –ha recordado el Pontífice- quedaron sorprendidos por la luz de su rostro y por sus palabras. Está escrito: “los que estaban sentados en el Sanedrín tenían los ojos clavados en él y vieron que el rostro de Esteban parecía el de un ángel”».
También hoy – ha añadido el Sucesor de Pedro, proyectando la experiencia de san Esteban protomártir sobre el tiempo presente- quien ha elegido «el camino desarmado de Jesús y de los mártires, son a menudo ridiculizados, excluidos del debate público y, no pocas veces, acusados de favorecer a adversarios y enemigos». Sin embargo, quien recibe como don la vida nueva y gratuita que brota del Misterio de la Navidad puede llegar a reconocer «inclusive en sus adversarios, la dignidad indeleble de las hijas e hijos de Dios».
San Esteban, asesinado por lapidación –ha recordado el papa León XIV en la breve catequesis pronunciada antes del Ángelus- «murió perdonando, como Jesús: por una fuerza más auténtica que la de las armas».
(GV) Agencia Fides 26/12/2025)