ÁFRICA - Para detener la trata de seres humanos es necesario sensibilizar a las víctimas potenciales

martes, 30 julio 2024 trata de seres humanos   criminalidad  

Roma (Agencia Fides) - Las mujeres y los niños son las principales víctimas de la trata de seres humanos en África. Mientras que hoy, 30 de julio, se celebra el Día Mundial contra la Trata de Seres Humanos, vale la pena recordar cómo este fenómeno criminal está inserto en la dinámica económica mundial moderna.

A nivel mundial, las mujeres y las niñas representan el 72% de las personas víctimas de trata (y en su mayoría son víctimas de trata para la prostitución forzada), mientras que el 28% restante son hombres y adolescentes que realizan trabajos forzados (Global Report on Trafficking on Persons 2018, compilado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, UNODC).

En lo que respecta a África, «la trata de seres humanos en África sigue rutas migratorias históricas hacia y desde países de la región y fuera de ella», afirma el Proyecto de Política de Prevención de la Trata de Personas en África (“Draft Policy on the Prevention of trafficking in persons in Africa" un informe elaborado por la Unión Africana en 2021). Según el informe, existe un «estrecho vínculo entre la trata de seres humanos, el contrabando de personas y la migración irregular». Factores como las guerras, el hambre y la desastrosa situación económica (alimentada por el sistema de deuda internacional) de los países de origen de los «esclavos modernos» empujan a cada vez más personas a buscar mejores condiciones de vida en el extranjero, acabando víctimas de redes de trata sin escrúpulos. «Los emigrantes africanos secuestrados por traficantes para pedir rescate, comprados y vendidos como esclavos o sometidos a la extracción de órganos dan testimonio de esta realidad», afirma el informe de la UA.

Un comercio que, según informaba en 2014 la Organización Mundial del Trabajo (OIT), generaba unos beneficios ilegales de 150.000 millones de dólares en todo el mundo, de los cuales 99.000 millones procedían de la explotación sexual de las víctimas de la trata. Se comprende, por tanto, que esta masa de dinero, aunque dividida en miles de riachuelos, deba blanquearse e invertirse utilizando las modernas estructuras de las finanzas internacionales (empezando por los llamados «paraísos fiscales»).

Por difícil que sea proporcionar cifras precisas sobre la trata de seres humanos, según el citado informe de la Unión Africana, 40,3 millones de personas fueron víctimas de la trata en todo el mundo en 2016, de las cuales el 23% se encontraban en África (9,3 millones).

Siempre según el informe de la UA, 3,42 millones de estas personas fueron tratadas como verdaderos esclavos sometidos a trabajos forzados; el 54% de estas personas estaban sometidas a servidumbre por deudas.

Mientras que los hombres constituyen la mayoría de las personas destinadas a trabajos forzados, las mujeres, y cada vez más las niñas e incluso los niños, son la mayoría de las víctimas de la esclavitud sexual. La mayoría de ellas sufren traumas emocionales y trastornos mentales, como depresión y tendencias suicidas.

Los niños pobres, desempleados y huérfanos son los grupos sociales más vulnerables a la trata de seres humanos. Sin embargo, incluso los niños de familias relativamente acomodadas y bien educadas pueden ser víctimas de los métodos siempre cambiantes que utilizan los traficantes para captar a sus víctimas, por ejemplo utilizando las redes sociales. No en vano, según la Unión Africana, «una de las principales razones por las que la trata de seres humanos está tan extendida en África es la falta de información y concienciación entre las víctimas potenciales, las fuerzas de seguridad y otras partes interesadas».
(L.M.) (Agencia Fides 30/7/2024)


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