ÁFRICA/NIGER - El largo viaje de Emmanuel: 33 años de soledad y esperanza

jueves, 20 junio 2024

Por Mauro Armanino

Niamey (Agencia Fides) - Emmanuel, originario del condado de Maryland, en Liberia, emprendió su largo viaje con sólo 17 años. Es 2008, durante el primer mandato de la Presidenta Ellen Johnson Sirleaf, la primera mujer en ocupar este cargo en un país devastado por años de guerra civil. Emmanuel abandona la ciudad portuaria de Harpour, también conocida como Cabo Palmas, y se dirige a Costa de Marfil, estableciéndose en Tabou, ciudad de refugio para miles de liberianos.

Al cabo de un par de años, se encuentra en Zerekoré, Guinea, entre otros miles de refugiados. Aquí sobrevive como agente informal de cambio de dinero con la ayuda de un hermano mayor. Amigos y búsquedas en Internet le llevan, en 2012, a emigrar a Argelia, con la esperanza de cruzar el mar Mediterráneo, frontera simbólica entre dos mundos, uno de los cuales Emmanuel desea dejar atrás.

En Argelia, gana suficiente dinero para intentar la travesía y viaja a Marruecos. Intenta salir de África tres veces, pero cada vez los guardacostas marroquíes le devuelven a tierra. En los dos primeros intentos gasta 500 euros, mientras que en el último, fallido, gasta el doble. Sigue viajando entre Marruecos y Argelia, trabajando como jornalero para reunir el dinero necesario para pagarse el viaje.

Llegamos a 2022. La vida de Emmanuel parece asentarse en Argel. Como muchos otros africanos negros, a menudo le llaman "camara" (compañero) o "dog" (perro). Un día, al entrar en una tienda para comprar comida, un policía le da el alto. Lo detienen, le roban y lo deportan a Tamanrasset. Allí comparte el centro de detención con otros cientos de inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Al cabo de unas semanas, son embarcados y abandonados en el desierto, cerca de la frontera con Níger.

Tras pasar una semana en Assamaka, una ciudad de emigrantes nacida de la nada, Emmanuel llega a Agadez. Pasa unos meses en esta encrucijada crucial de las migraciones de África Occidental y Central, y luego llega a la capital, Niamey, utilizando medios improvisados. Ahora vive desde hace un par de semanas con decenas de otros migrantes, no lejos del edificio que antaño albergaba el Ministerio de Justicia. Emmanuel lleva consigo 33 años de soledad y la esperanza de cruzar el mar por última vez.
(Agencia Fides 20/6/2024)


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