Sibu (Agencia Fides) - Ser asiduos en la escucha de la Palabra de Dios y en la oración y, llenos de la gracia de Dios, ser una bendición para los demás: ésta es la misión de los bautizados en la diócesis de Sibu, en el estado malasio de Sarawak, como ha recordado a los fieles el obispo Joseph Hii Teck Kwong, anunciando a la comunidad el especial "Año del aceite y de la unción", un tiempo que verá a los fieles prepararse, especialmente a través de la oración y de gestos de conversión, para el Jubileo de 2025.
El año 2024, de hecho, como propone el Papa Francisco, es "el Año de la Oración", en el que -como explica el sitio web Jubileo 2025, editado por el Dicasterio para la Evangelización, en particular por la "Sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo"- se invita a las diócesis de todo el mundo a "promover la centralidad de la oración individual y comunitaria", organizando "peregrinaciones de oración" hacia el Año Santo, así como itinerarios de "escuelas de oración" con etapas mensuales o semanales, en las que implicar a todo el Pueblo de Dios.
Las comunidades católicas de Borneo malayo -la parte de Malasia donde vive la mayoría de los católicos del país: unos 700.000 en total, entre los estados de Sabah y Sarawak- están dispuestas a responder a esta invitación, ha señalado el obispo de Sibu, recordando que "como la bendición de Dios inunda siempre nuestras vidas, como la lluvia y la nieve sobre la tierra, estamos llamados, como hijos de Dios, a transmitir bendiciones a nuestro prójimo y a llevar la paz al mundo entero".
Con esto en mente, el obispo Joseph Hii Teck Kwong lanzó el "Año del aceite y la unción", como parte de un plan pastoral de 10 años aprobado en la diócesis de Sibu de 2017 a 2026. "Se eligió el elemento del aceite por su riqueza y preciosidad. En la historia se le ha llamado 'oro líquido'. El aceite es un elemento nutritivo y nos da fuerza. En los siete sacramentos de la Iglesia, el aceite se utiliza en cuatro: el Bautismo, la Confirmación, el Orden y la Unción de los Enfermos", ha explicado. "Tú y yo, por el bautismo, hemos sido ungidos con aceite crismal; el mismo aceite crismal que se utiliza para ordenar sacerdotes y consagrar obispos. Cada bautizado es ungido con este mismo óleo crismal, el óleo más santo sobre vuestra cabeza", ha subrayado, llamando a cada bautizado a la responsabilidad de su vocación y misión en el mundo. "Esta unción expresa la dignidad de hijos de Dios", y es precisamente el redescubrimiento y la vivencia de la unción bautismal lo que hace de cada cristiano un testigo de Cristo, un "transmisor de bendición", que es en definitiva el espíritu con el que preparar y celebrar el Jubileo.
Además, a los sacerdotes en particular se les confía una importante tarea pastoral, la de escuchar las confesiones de los fieles, mientras que a todos los bautizados se les invita a "hacerse penitentes" y a volver a la misericordia y al perdón de Dios mediante el sacramento de la Reconciliación. Por este motivo, los sacerdotes se desplazarán a las aldeas, para acoger y confesar a los fieles, también en las diversas lenguas indígenas locales.
Situada en la parte central de Sarawak, la diócesis de Sibu, erigida en 1986, abarca alrededor del 50% del territorio estatal de Sarawak. La población local, de unos 900.000 habitantes, se compone de chinos, malayos, indígenas iban, bidayuh, melanaus y orang ulu, entre los que hay unos 130.000 católicos. Sibu es una ciudad fronteriza en la confluencia de los ríos Rajang e Igan, y sigue siendo una de las ciudades más dinámicas de Malasia Oriental, sobre todo comercialmente. Originalmente formaba parte del sultanato de Brunei, pero en abril de 1861 fue adquirida por el rajá blanco James Brooke, que la incorporó al reino de Sarawak.
En 1881, los padres de la misión de Mill Hill zarparon de Londres rumbo a Singapur y desde allí llegaron a Borneo, siendo los primeros sacerdotes católicos en pisar suelo de Sarawak. Fueron recibidos por el Rajá Charles Brooke, nieto de James Brooke. Los misioneros fundaron la primera misión católica en Kuching. A partir de entonces, empezaron a llegar otros sacerdotes de Mill Hill que se dedicaron a evangelizar el territorio. La primera misión católica en Sibu la inició en 1899 el padre Cornelius Keet, un misionero de Mill Hill de Kuching (ahora otra diócesis de Sarawak). En 1906 llegó el australiano P. Vincent Halder, que construyó la primera y antigua iglesia del Sagrado Corazón y prestó servicio pastoral en Sibu hasta 1954.
(PA) (Agencia Fides 11/1/2024)