Sydney (Agencia Fides) - “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva”. Este ha sido el leitmotiv de la celebración del 25º aniversario de la fundación de la oficina misionera ad gentes de los Misioneros del Sagrado Corazón en Australia. El cardenal de Papúa Nueva Guinea, John Ribat MSC, miembro de la congregación, presidió en días pasados una Eucaristía en la catedral de Sydney a la que asistieron fieles y misioneros de todo el mundo, de zonas como Papúa Nueva Guinea y las Islas del Pacífico, Indonesia, India, Filipinas, Vietnam y África, donde los religiosos están presentes y activos.
Los misioneros recordaron con emoción al difunto padre Adrian Meaney MSC quien estableció la oficina en 1998 para apoyar un movimiento de animación y concienciación misionera a nivel local e internacional. El actual director, el padre Roger Purcell MSC, al señalar que en 25 años la comprensión de la misión ha cambiado, explica que “misión hoy significa ser una Iglesia de comunión, de unidad en la diversidad, de respeto y de amor. La oficina misionera de nuestra congregación sigue fomentando el espíritu misionero entre los fieles, instando a todos a ser misioneros en su vida diaria. Para eso estamos aquí. Si la Iglesia no está en misión, si no estamos evangelizando, entonces no somos la Iglesia”.
Los Misioneros del Sagrado Corazón, indica, hoy invitan a “salir para que todos puedan gozar de una vida nueva y más plena, en la libertad de gozar de la educación y la formación, de la salud y de un ambiente sano. Todos los destinatarios de nuestros proyectos que ahora tienen una vida mejor son la gloria de Dios. La gloria de Dios es la humanidad plenamente viva”. “Jesucristo nos ha enviado a anunciar la Buena Noticia a todos, somos enviados no solo a proclamar esta Buena Noticia, sino a ser nosotros mismos Buena Noticia”, asegura recordando que en 25 años de presencia los misioneros han brindado pastoral y servicios sociales de numerosas comunidades en el Pacífico, en Asia y en otros continentes por un valor de más de 25 millones de dólares.
Esta obra, que se nutre de más de 100 años de experiencia misionera, nació como un movimiento de sensibilización que dio lugar a la acción y la organización de proyectos misioneros en otros países. Sin embargo, la historia de los religiosos se remonta mucho antes de este evento: los primeros Misioneros del Sagrado Corazón llegaron a Sydney en 1882 y se dedicaron al trabajo pastoral en la Iglesia local.
El nacimiento de una oficina misionera específica tuvo como misión dar a conocer la obra de la Iglesia en las llamadas “misiones” y a fomentar un “espíritu misionero” entre los bautizados. El padre Purcell recuerda que “el padre Adrián se centró en la difícil situación de los pobres. El primer proyecto se llamó 'Tengo sed' por la escasez de agua limpia y potable para muchas comunidades. Desde este comienzo se desarrolló una historia de apoyo a miles de proyectos de agua en Asia, Oceanía, África, América Latina”.
El enfoque pronto se centró en la participación de los jóvenes y el uso de los medios de comunicación, publicando regularmente el boletín “Outreach” y creando un sitio web. Una de las primeras regiones que recibió apoyo fue Papúa Nueva Guinea, donde el padre Adrian había servido y, por lo tanto, conocía la situación local. Otros proyectos se centraron en el ámbito de la educación, la salud, la formación de jóvenes o el medio ambiente, y en otros continentes. “Jesús nos dijo que los pobres siempre estarán con nosotros. En este espíritu estamos cerca de los que carecen de agua, alimentos, educación, salud y un medio ambiente limpio. Todo esto continuará en el futuro. Esta obra contribuye a dar una vida mejor y más digna a muchas personas. Es así como llevamos la Buena Noticia al mundo”, señala el padre Purcell.
Los Misioneros del Sagrado Corazón se preparan en Australia y en todo el mundo para vivir el bicentenario especial del nacimiento de su fundador, el padre Jules Chevalier (1824 - 2024). Será un año especial que llevará por título "Un hombre con un corazón ardiente por la misión”, que pretende subrayar “la fuente de la misión, Cristo mismo, de lo contrario - como escribió el fundador - los misioneros serán solo operadores independientes , no misioneros en el verdadero sentido de la palabra”, concluye el padre Roger Purcell.
(PA) (Agencia Fides 18/07/2023)