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Ol'ga Dubjagina
Karaganda (Agencia Fides) - "Incluso en las circunstancias más dramáticas, Dios concede al hombre la esperanza. Donde está Dios, hay paz y unidad, y estamos llamados a buscar esta unidad y esta paz ante todo en nuestros corazones". Así lo dice Mons. Nikolaj Dubinin, obispo auxiliar de la archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú, durante la homilía de la misa que ha presidido al concluir el segundo día de peregrinación de los 78 católicos que han viajado desde Rusia a Kazajistán, con motivo del viaje apostólico del Papa Francisco. La celebración tuvo lugar ayer en la catedral católica de Nuestra Señora de Fátima, al final de la visita del grupo a KarLag, acrónimo del sistema de campos de concentración estalinistas de Karaganda. “No debemos esperar algo de los demás – ha continuado el obispo - sino que estamos llamados a llevar la unidad y la paz a los demás. Muchos de los prisioneros de KarLag y otros lugares de sufrimiento durante los años de persecución y totalitarismo, a través de la fe fueron testigos de la gracia de Dios incluso en esas circunstancias inhumanas. No perdieron a Dios, no perdieron la fe, la esperanza y la caridad. Por el contrario, encontraron la fuerza en Dios. El Señor también nos invita hoy a ser testigos y heraldos de la unidad y la paz. Él mismo nos da la gracia de buscar esta paz y esta unidad, de llevarlas a nuestras familias, a nuestras comunidades, a nuestras Iglesias locales, y de testimoniar y difundir este don en la sociedad. De este modo, la Iglesia se convierte en un signo profético de la unidad y la paz de Dios en la tierra, desgarrada por los conflictos y la discordia”.
La catedral de Nuestra Señora de Fátima, consagrada en 2012, se levanta en el centro de la zona de KarLag, que en tiempos del estalinismo era una especie de "estado dentro del estado" y abarcaba una superficie ligeramente inferior a la de Francia. Durante la visita, las palabras han dado paso al silencio, y los peregrinos han rezado por los numerosos hombres y mujeres que sufrieron y dieron testimonio de su fe en Cristo, hasta el final.
El grupo, que partió el 12 de septiembre, ha sido hospedado en varias comunidades católicas durante el largo viaje en autobús hasta la antigua república soviética de Kazajistán. “La peregrinación –ha continuado el obispo Dubinin - podría definirse como un concentrado de la experiencia de la Iglesia peregrina en la tierra. Durante este viaje, también representamos a esta Iglesia peregrina, formada por diferentes personas, que nos reúne a todos. En el camino experimentamos las cosas más diversas: alegría, sufrimiento, belleza, hospitalidad y pobreza. Todo esto nos empuja hacia la búsqueda más importante de todas: la de nuestra misión como individuos y en nuestras comunidades. Estos días el Señor nos está reuniendo con diferentes comunidades de Kazajistán, que son un signo tangible de su presencia”.
Nikolaj Dubinin, franciscano conventual, fue nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis Madre de Dios de Moscú por el papa Francisco en 2020 y es el primer obispo católico de etnia rusa. Actualmente reside en San Petersburgo y es responsable de la parte noroccidental y occidental de la archidiócesis Madre de Dios. Hoy los peregrinos, acompañados por el obispo Dubinin, se unirán al Papa Francisco en la oración en Nur-Sultan y luego regresarán a la Federación Rusa el 16 de septiembre.
(CD) (Agencia Fides 14/9/2022)
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