Khulna (Agencia Fides) – “Cuando el primer grupo de misioneros javerianos llegó a lo que hoy es Bangladesh, en 1952, había pocos cristianos en esta zona del subcontinente indio. Al final de la Segunda Guerra Mundial, el imperio de la Gran India se había dividido en dos partes: la India por un lado y Pakistán Occidental y Oriental por otro. Los primeros javerianos llegaron a Khulna, ciudad situada en el suroeste de Pakistán Oriental, que en 1971 se convertiría en Bangladesh tras la guerra por la independencia”. Así lo afirma en una entrevista con la Agencia Fides el padre Sergio Targa, misionero javeriano en Bangladesh, hablando de cómo los hijos espirituales de San Guido María Conforti dieron sus primeros pasos en el país asiático del subcontinente.
“Desde entonces -cuenta el padre Sergio- nos hemos dedicado al anuncio del Evangelio, al trabajo pastoral con el don de los sacramentos, a establecer comunidades cristianas y nuevas parroquias. Así nació la diócesis de Khulna. A mediados de los años 80, junto con el trabajo pastoral en las parroquias recién creadas, algunos hermanos iniciaron una mayor presencia entre los más pobres de la población, los parias hindúes, las poblaciones tribales minoritarias y los pobres musulmanes. En 1993”, continúa explicando, “abrimos una nueva parroquia en la diócesis de Mymensingh, en el norte de Bangladesh. Actualmente, dirigimos una parroquia entre los cristianos sin casta hindú en Satkhira, en la diócesis de Khulna, y una parroquia en Noluakuri, entre los tribales en la diócesis de Mymensingh”.
“Para concretar nuestra presencia en Bangladesh”, sigue explicando el misionero, “hemos decidido 'salir' de las parroquias para ir entre los pobres: ofrecemos nuestro apoyo a los distintos grupos, donde hemos establecido 'nuestra casa', intentando estar presentes entre ellos y ayudar a los hijos de los pobres a ir a la escuela”. El compromiso de los religiosos llega también a los parias hindúes, a los musulmanes pobres y a las poblaciones tribales. “Estos grupos –subraya - no sólo sufren la marginación escolar, al no tener la posibilidad económica de enviar a sus hijos a la escuela, sino también la marginación social”.
Con el fin de establecer relaciones amistosas entre diferentes grupos étnicos y religiosos, los misioneros javerianos fundaron un Centro para el Diálogo Interreligioso en Khulna: “El objetivo - informa el padre Sergio - es crear un 'grupo ideal' entre musulmanes, hindúes y cristianos: personas que se respeten mutuamente, a pesar de sus diferentes credos, que se lleven bien, que se ayuden mutuamente en caso de necesidad y que acepten vivir juntos. Periódicamente”, explica, “organizamos actividades de sensibilización, con diversas iniciativas en los colegios: vamos a las clases de segundo y tercer grado y con la ayuda de soportes digitales hablamos y proponemos a los alumnos ser hombres de diálogo y respeto para todos.
Entre los proyectos que llevan a cabo los misioneros javerianos está la protección de los menores en el seno de las familias y de los menores no acompañados que viven en la calle. El padre Sergio, lleva más de 15 años comprometido en la lucha contra el fenómeno de las niñas esposas en Bangladesh. “A menudo los padres -dice- no dejan estudiar a sus hijas porque piensan que son una inversión perdida, ya que luego se casarán con hombres mucho mayores y acabarán convirtiéndose en las esclavas de la familia del novio. A través de la formación -concluye- queremos que las niñas aprendan a entender que son un valor, y que deben de ser orgullosas de ser mujeres y no someterse al esquema patriarcal que impregna la sociedad”.
(ES-PA) (Agencia Fides 29/5/2021)