Temuco (Agencia Fides) – "Ante los dolorosos acontecimientos que hemos visto en estos días, más allá de la urgente necesidad de enfrentar sus graves consecuencias para el bien de toda la población, con responsabilidad y de acuerdo con los requisitos del estado de derecho, es necesario reconstruir la convivencia social, el bien común, un diálogo basado en la amistad cívica, con pleno respeto por la vida y la dignidad de cada persona. Al transgredir estos valores, de alguna manera, todos tenemos una parte de responsabilidad y, por lo tanto, todos estamos llamados a la búsqueda y al compromiso de encontrar soluciones. Es un imperativo ético ". Así lo afirmó el obispo Héctor Vargas, obispo de la diócesis de San José di Temuco, en una nota enviada a Fides.
"La solución es compleja, requiere una profunda reforma estructural para nuestras instituciones, a fin de considerar las nuevas formas de participación ciudadana, capaces de responder a sus expectativas. Esto implica el fortalecimiento de la ética pública, que, en primer lugar , requiere la superación del individualismo social y la apertura a un sentido de comunidad, en otras palabras, tener un sentido de "nosotros". Por lo tanto, la pregunta clave no es qué se ajusta a un individuo o un grupo social, sino lo que conviene, lo que es apropiado para el país ", enfatiza Mons. Vargas.
"Es un principio que se ha quedado en palabras durante demasiado tiempo, en las sociedades políticas modernas y contemporáneas, sobre todo debido a la influencia ejercida por las ideologías individualistas y colectivistas", continúa el obispo de Temuco.
"Como resultado, la política debería ayudar a sacar lo mejor de las personas y los grupos que constituyen la alteridad y la diversidad social, sin perder la unidad de la comunidad humana concreta. En este sentido, el papel del Estado, las políticas públicas, la autonomía activa de la comunidad social y las organizaciones intermedias, son sustanciales para dar pasos hacia un Chile más justo y fraterno ", concluye el texto.
En Chile, desde anoche, se levantó un toque de queda oficial "con el objetivo de ayudar a Chile a restablecer la normalidad institucional", se lee en una nota del gobierno. El presidente, Sebastián Piñera, lo había dicho el sábado 26: un posible cambio de gabinete y la revocación de los estados de emergencia, decretados en varias partes del país. Aunque Piñera había declarado que quería resolver la situación de protesta popular, hasta ese día, el número de muertes por violencia en Chile ascendía a 19, en el marco de las protestas masivas contra el gobierno. El gobierno de Piñera ha sido acusado de uso excesivo de la fuerza. (CE) (Agencia Fides, 28/10/2019)