Kinshasa (Agencia Fides) – Se ha producido un nuevo ataque contra un sacerdote en Ituri, al este de la República Democrática del Congo (RDC). En la noche del 15 al 16 de septiembre, un grupo de bandidos armados con martillos, cuchillos, palancas y otras herramientas irrumpió en la escuela de formación preparatoria situada cerca del obispado, en el barrio de Mudzipela de la comunidad de Shari, en Bunia, capital de la provincia.
Según relata el padre Jean-Deogratias Budjona, director espiritual del centro, los asaltantes golpearon al guardia de seguridad para obligarlo a revelar dónde estaba guardado el dinero, llegando incluso a amenazarlo de muerte.
«El guardia fue torturado para que mostrara dónde estaba el dinero», explica el padre Budjona. «Comenzó a llamarnos, y fue entonces cuando uno de nosotros, el padre Justin Logo, abrió la puerta. Al ver que había ladrones intentó cerrarla, pero fue imposible porque eran demasiados empujando». «Así lograron entrar en el salón», continua el sacerdote. «Cuando el padre intentó refugiarse en su habitación, lo persiguieron y lo apuñalaron en el brazo». Los religiosos consiguieron dar la alarma y una patrulla militar intervino poco después.
Se trata del tercer robo desde julio en la escuela preparatoria. Este año también han sido asaltadas varias iglesias y conventos en Ituri, en las localidades de Lopa, Komanda y Nyakasanza.
Entre los episodios más graves figuran el ataque perpetrado por milicianos del CODECO el 21 de julio contra la parroquia de Saint Jean de Capistran en Lopa (véase Fides 23/7/2025), y el sangriento asalto de los islamistas del ADF en la noche del 26 al 27 de julio contra la parroquia de la Beata Anuarite en Komanda, que dejó cerca de 50 muertos y al menos 40 jóvenes secuestrados (véase Fides 28/7/2025). También hay que recordar la profanación de la iglesia del centro de formación preparatoria Saint Kizito de Bunia, cometida por bandidos en la noche del 19 al 20 de agosto (véase Fides 22/8/2025).
En Ituri operan diversos grupos armados que siembran muerte y destrucción entre la población civil. El bandolerismo generalizado agrava la inseguridad en la provincia, pese a que se encuentra bajo estado de sitio, junto con Kivu del Norte, desde mayo de 2021 (véase Fides 7/5/2021). Este régimen otorga amplios poderes a los militares, que en cuatro años no han logrado restablecer el orden.
(L.M.) (Agencia Fides 18/9/2025)