Tombura-Yambio (Agencia Fides) – “Como obispo, me comprometo a hablar hasta que se escuche la verdad. Acompañar a las víctimas y a las familias heridas. Ofrecer la Iglesia como espacio de reconciliación y diálogo. Rezar incesantemente por la paz y trabajar codo con codo con todos aquellos que la buscan. No permaneceré callado. No me rendiré. Estaré con vosotros hasta que prevalezca la paz”.
Son las palabras que Barani Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, dirige a los representantes del gobierno de Sudán del Sur y a todas las personas de buena voluntad. “Tras cuatro años de derramamiento de sangre, hogares destruidos, familias rotas y sueños sepultados, nuestro pueblo vive bajo lonas de plástico, bebe agua contaminada, camina con miedo y entierra a sus seres queridos en silencio. Esto no es una cuestión política, es una tragedia humanitaria y un fracaso moral”. El obispo, quien también preside el Consejo Interreligioso para la Iniciativa de Paz del Estado de Equatoria Occidental, Sudán del Sur, lanza el llamamiento con motivo del Día de los Mártires, hoy 30 de julio de 2025: “No menospreciemos su sacrificio con más sangre. Honrémoslos llevando paz donde hay dolor y vida donde la muerte ha reinado”. Este día, establecido para recordar a las víctimas y promover la paz, conmemora a los caídos en el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, que comenzó en abril de 2023.
“El clamor de nuestros hermanos en Tombura ha resonado durante demasiado tiempo”, continúa Hiiboro. “No queremos condenar, sino despertar la conciencia de una nación. Les instamos como pastores, conciudadanos e hijos de un solo Dios. Que Tombura sea nuestro punto de inflexión, un lugar sagrado donde la nación elija la sanación sobre el odio, la verdad sobre la propaganda y la esperanza sobre la desesperación”, añade.
Dirigiéndose al gobierno de Sudán del Sur, el obispo afirma: “Ahora es el momento de actuar. Hacemos un llamamiento a todos, desde el más alto cargo hasta el más pequeño líder local, a actuar con audacia, compasión y determinación. Desplieguen fuerzas de protección para detener la violencia y restablecer el Estado de derecho. Desarmen y desmantelen a cualquier persona que posea armas de fuego ilegalmente. Abran un espacio para el diálogo inclusivo que involucre a líderes, jóvenes, mujeres, iglesias y la sociedad civil. Castiguen sin demora el discurso de odio, la desinformación y la incitación tribal. Garanticen el acceso humanitario y reconstruir los servicios sociales, sanitarios y educativos”.
“Este es nuestro dolor común”, asegura y dirigiéndose al pueblo de Sudán del Sur, añade: “Tombura no está sola. Cuando una extremidad sufre, todo el cuerpo sufre. Esta no es una tragedia de Tombura, es una herida de Sudán del Sur. A los ancianos, levántense con sabiduría y consejo. A las madres y mujeres, sean voces de sanación y resistencia moral. A los jóvenes, negaos a ser armas de destrucción. Elegid la paz, construid Sudán del Sur. A las comunidades religiosas, únanse en la verdad y la reconciliación. A la comunidad internacional, no miren hacia otro lado. La paz necesita aliados. Hay que salvar vidas”.
“Si no hacemos nada, el futuro está en riesgo. Si la violencia en Tombura prosigue, el costo será insoportable. Comunidades enteras desaparecerán. El odio tribal se propagará por todas las regiones”, advierte.
Y prosigue: “La confianza en el gobierno y en la unidad nacional se erosionará aún más. Generaciones de jóvenes se perderán por la venganza o la violencia. Si elegimos la paz, será un nuevo amanecer para Sudán del Sur; si actuamos juntos, con sinceridad, la paz florecerá. Los niños volverán a la escuela, las familias a sus hogares y los agricultores a sus campos. La confianza crecerá entre las tribus, entre los ciudadanos y su gobierno. El alma de Sudán del Sur renacerá no en la sangre, sino en la justicia”.
“Que Tombura se convierta en un signo de que Sudán del Sur elige la vida”, concluye el obispo Hiiboro Kussala.
(AP) (Agencia Fides 30/7/2025)