Avanti adagio. La cumbre brasileña del BRICS+ iza la bandera del multilateralismo

miércoles, 16 julio 2025

Alexandre Brum - BRICS Brasil


por Cosimo Graziani

Río de Janeiro (Agencia Fides) - Los días 6 y 7 de julio se ha celebrado en Río de Janeiro la cumbre anual del BRICS, el foro de Estados creado en 2009 y que en estos años se ha ampliado hasta acoger a once países: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán.

La reunión de este año ha estado precedida por algunos acontecimientos que han generado expectativas sobre su desarrollo, como el breve conflicto entre Israel e Irán con la intervención de Estados Unidos en apoyo al Estado judío. Sin embargo, las esperanzas de que se adoptara una postura firme sobre este y otros temas se han visto defraudadas. El principal beneficiado en términos de visibilidad ha sido Brasil, que en el último año ha organizado eventos como la cumbre del G20, ha asumido la presidencia del Mercosur y será sede de la próxima COP de las Naciones Unidas, reforzando así su posición internacional a favor del multilateralismo.

Precisamente el multilateralismo ha sido el primer tema abordado por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en su discurso inaugural, donde ha denunciado los retrocesos en avances logrados por organizaciones como la ONU en materia de clima y comercio, con una referencia implícita a las políticas arancelarias de Donald Trump.

Las referencias al multilateralismo y al proteccionismo comercial se han incluido también en la declaración final de la cumbre, junto con temas como salud, inteligencia artificial, cambio climático y promoción de la paz y la seguridad. La declaración critica las recientes acciones de Israel en Oriente Medio y denuncia la grave situación humanitaria en Gaza. También se cuestiona el incremento del gasto militar de los países de la OTAN hasta el 5 % del PIB, mientras Lula ha subrayado la falta de inversiones para la paz. En contraste, la guerra en Ucrania apenas ha sido mencionada.

Entre los aspectos más comentados de la cumbre destacan las ausencias del presidente ruso Vladimir Putin y del chino Xi Jinping. En el caso de Putin, se ha interpretado como un intento de evitar comprometer a Brasil respecto a la orden de detención emitida en su contra por la Corte Penal Internacional. En cuanto a Xi Jinping, la ausencia ha sido justificada oficialmente por compromisos internos.

La cumbre ha sido seguida con atención por analistas internacionales debido a la creciente relevancia del BRICS en el llamado «Sur Global». Actualmente, la organización representa una parte significativa de la población mundial y un 37 % del PIB global. Observar la evolución de este grupo resulta esencial para entender si el Sur Global logrará adquirir una relevancia comparable a la del G7 o incluso reemplazar al G20 como foro principal para la visibilidad de estos países en la gobernanza global.

A diferencia del G20, el BRICS está compuesto por Estados que buscan relativizar la influencia de los países occidentales y desarrollados. El éxito de esta aspiración dependerá de la capacidad de los miembros para negociar posiciones comunes sobre temas clave y avanzar en su integración política y económica. En este último aspecto, todos los miembros coinciden en la necesidad de avanzar hacia la desdolarización de las transacciones comerciales, aunque no todos están dispuestos a un alejamiento de Washington. Mientras Rusia y China promueven este proceso, países como Arabia Saudí mantienen reservas debido a sus vínculos estratégicos con Estados Unidos.

Queda por verse si las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles a los países que opten por desvincularse del dólar se concretarán, y cómo responderán los miembros del BRICS ante una eventual presión estadounidense, lo que podría convertirse en una verdadera prueba de cohesión para el bloque.

En resumen, los resultados de la cumbre han sido contradictorios. El único país que ha salido reforzado ha sido Brasil, que ha logrado proyectar los ejes de su política exterior con un renovado impulso al multilateralismo. Afirmar que el grupo carece de cohesión para consolidarse como una alternativa a Occidente podría ser prematuro, aunque persisten dudas sobre las divisiones internas. Sin embargo, tras diecisiete cumbres, el BRICS ha consolidado un «núcleo duro» liderado por Rusia y China, que impulsa un enfoque alternativo a la visión de los países occidentales sobre los problemas globales.
Estos elementos sugieren que el BRICS puede consolidarse como un actor relevante en las relaciones internacionales y que el proceso de articulación del Sur Global podría ganar un peso creciente, superando con el tiempo la relevancia del G20 en el escenario global.
(Agencia Fides 16/7/2025)


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