Nairobi (Agencia Fides) – Este 17 de junio se registran protestas en los distritos comerciales del centro de Nairobi y Mombasa, donde cientos de jóvenes han salido a las calles para exigir justicia por la muerte de Albert Ojwang, profesor y blogger de 31 años, fallecido mientras se encontraba bajo custodia policial.
Las fuerzas de seguridad han intervenido para dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos, mientras que grupos de motociclistas vestidos de civil han atacado a los participantes.
En el centro de las protestas se encuentra el subinspector general de policía Eliud Lagat. Ojwang fue detenido el pasado 6 de junio en la vivienda familiar en Kakot, condado de Homa Bay, por una publicación en redes sociales que presuntamente difamaba a Lagat. Tras su detención, fue trasladado a más de 350 kilómetros, hasta la comisaría central de Nairobi, donde se le imputó el delito de difusión de información falsa, en virtud de la legislación sobre delitos informáticos. El 8 de junio, Ojwang fue hallado inconsciente en su celda durante una ronda rutinaria.
En un primer momento, las autoridades calificaron su muerte como un suicidio. Sin embargo, tras las protestas de la familia y de organizaciones de la sociedad civil, el presidente William Ruto reconoció que el fallecimiento se produjo a manos de la policía, contradiciendo así la versión oficial (véase Fides 12/6/2025).
Hasta ahora, dos agentes -Samson Talaam, de la comisaría central, y James Mukhwana- han sido detenidos en relación con el caso. La Autoridad Independiente de Supervisión Policial (IPOA) y la Unidad de Asuntos Internos (IAU) siguen con las investigaciones. También ha sido arrestado un técnico acusado de manipular, la noche del 7 al 8 de junio, el sistema de videovigilancia de la comisaría para permitir, según el diario The Star, que algunos agentes sacaran a Ojwang de su celda y lo llevaran al bosque de Karura, donde habría sido torturado hasta morir.
El propio Eliud Lagat ha presentado su dimisión, pero este gesto no ha calmado la indignación, especialmente entre los jóvenes. El asesinato de Ojwang ha reavivado el clamor nacional contra la brutalidad policial y ha renovado las demandas de reformas profundas en el sistema de seguridad.
(L.M.) (Agencia Fides 17/6/2025)