Loikaw (Agencia Fides) - La celebración de la Navidad tuvo lugar este año en un entorno extraordinario para los fieles católicos refugiados en la diócesis de Loikaw, en el este de Myanmar. Reunidos en el refugio de una cueva en la montaña, donde se han asentado para escapar de los bombardeos, los refugiados participaron en una misa presidida por el obispo Celso Ba Shwe. En este singular altar, erigido en las entrañas de la roca, resonaron las palabras de consuelo y esperanza propias del mensaje navideño.
En los días previos, sacerdotes, religiosos y laicos trabajaron con dedicación para transformar el interior de la cueva en un espacio sagrado, capaz de albergar a cientos de refugiados. Estas familias, que huyeron de la ciudad hace aproximadamente dos años, buscan refugio en áreas menos afectadas por el conflicto armado que sigue devastando la región. La zona es escenario de enfrentamientos entre el ejército de Myanmar y las Fuerzas Populares de Defensa, unidas a milicias étnicas que reclaman mayor autonomía desde hace décadas.
Inspirado por la tradicional canción navideña "Bajas de las estrellas" de San Alfonso María de Ligorio, que evoca la llegada del Niño Jesús a un humilde pesebre, el obispo Celso recordó la conexión simbólica entre el nacimiento de Cristo y las adversidades que enfrentan los refugiados birmanos. Durante la homilía, proclamó: «No temáis: os traigo un anuncio de alegría, una alegría que hoy será compartida con todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, Cristo el Señor. Abramos nuestros corazones a la esperanza».
El tema de la esperanza, también central en el Año Jubilar, alimenta los deseos de los fieles de regresar en 2025 al complejo de la catedral de Cristo Rey en Loikaw. Este emblemático lugar de culto fue ocupado en noviembre de 2023 por el ejército birmano, que lo transformó en una base militar.
(PA) (Agencia Fides 27/12/2025)