ÁFRICA/KENIA - “Incluso en prisión es posible encontrar al Señor”, dice el nuevo Obispo de Embu, que fue Capellán nacional de las cárceles durante 20 años

sábado, 16 noviembre 2024 obispos   iglesias locales   presos  

Nairobi (Agencia Fides) – Hoy, 16 de noviembre, Peter Kimani Ndung’u, nombrado Obispo de Embu el 15 de agosto (véase Fides 15/8/2024), será consagrado en su diócesis e inicia su ministerio episcopal. Monseñor Kimani, quien fue Capellán nacional de las cárceles kenianas durante 20 años, ha concedido una entrevista a la Agencia Fides.

- ¿Puede describirnos su apostolado en las cárceles?
- De mis casi 25 años de sacerdocio, 20 los he servido como Capellán nacional de las cárceles. Comencé mi servicio en las prisiones en enero de 2001. Durante todo este tiempo, he podido ver los cambios en términos de reforma del sistema penitenciario, las condiciones de vida de los prisioneros (comida, atención médica, higiene, posibilidades de estudiar, libertad religiosa, etc.) y la transformación del personal. Se trata de transformaciones positivas, de una mejora general en las condiciones de vida de los detenidos. Hasta el año 2000, las prisiones kenianas eran casi como cámaras de muerte. Antes, cada prisionero era considerado simplemente un condenado que debía cumplir su pena. Ahora, sin embargo, las cárceles se han convertido en centros de rehabilitación para aquellos que han cometido delitos. Dentro de las prisiones se han creado estructuras especiales para ayudar en la rehabilitación de los prisioneros, con programas de apoyo psicológico y formación profesional.
Naturalmente, los capellanes de las cárceles están involucrados y juegan un papel activo en este proceso, a través de la evangelización, introduciendo a los prisioneros que lo desean a la fe y a los movimientos laicales. En las cárceles están presentes y activas realidades como la asociación de hombres católicos, la de jóvenes católicos, además de varios catequistas. También hay 25 capellanes católicos que trabajan a tiempo completo en las prisiones.

- Un bello signo de esperanza no solo para los prisioneros, sino para todo Kenia…
- Hay muchos signos de esperanza en Kenia en comparación con otros países. He visto el crecimiento de la fe en los condenados. No hay un gran porcentaje de reincidencia entre aquellos que han cumplido su condena. No se ve a muchos de ellos volver a ingresar a prisión. Esto se debe a la ayuda psicológica recibida por un lado y a la asistencia espiritual por otro, con la que han podido contar durante su tiempo de reclusión.

- ¿Cuáles son los crímenes predominantes?
- Van desde los delitos comunes hasta los más graves. Pueden ser robo de ganado, robos de diversa índole o asaltos, violencias sexuales, hasta terrorismo. Depende de las zonas del país. En las áreas más pobres predominan los robos y los delitos menores. En las ciudades se encuentran personas involucradas en asaltos a mano armada o en disturbios. En resumen, no hay crímenes que predominen sobre los demás.

- ¿Ha habido alguna experiencia particular que lo haya impactado durante su servicio en las cárceles?
- Uno de los eventos más conmovedores fue el de un prisionero condenado a muerte que, el día antes de presentarse en el tribunal para la apelación, me dijo: "Padre, mañana iré frente al tribunal para pedir clemencia, pero necesito confesarme". Durante la confesión me dijo: "Padre, pediré piedad, no perdón, porque si pido perdón no seré perdonado. Pero si pido piedad, seré liberado". Al día siguiente, este hombre se presentó en el tribunal y pidió misericordia al juez, siendo liberado después de haber pasado 20 años en prisión. Para mí fue casi un milagro, porque me conmovió profundamente la fe de este hombre en la misericordia de Dios y de los hombres.

- ¿Existe algún tipo de colaboración entre las diferentes religiones en las cárceles?
- En el sistema penitenciario hay mucho respeto por las diferentes religiones. Están representadas las cuatro principales religiones de Kenia. Hay imanes musulmanes que cuidan de los prisioneros de fe islámica; varios pastores de comunidades protestantes que se encargan de sus fieles; los capellanes católicos y, más recientemente, representantes de los Adventistas del Séptimo Día. Todos trabajan estrechamente entre sí, respetando mutuamente sus creencias, a favor de todos los prisioneros. Nos ocupamos no solo de los prisioneros, sino también del personal que trabaja en las cárceles, empezando por los policías penitenciarios, porque todos formamos parte de la misma familia.
(L.M.) (Agencia Fides 16/11/2024)


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