La Paz (Agencia Fides) – “Como Iglesia siempre defenderemos la vida de todos, especialmente de los más vulnerables”, han afirmado los obispos bolivianos ante la crisis nacional que ve enfrentados al ex presidente Evo Morales, el primer presidente indígena de la historia del país (2006-2019), contra el actual presidente Luis Alberto Arce, en el cargo desde 2020, para obtener la candidatura del Movimiento para el Socialismo (Mas) en las elecciones presidenciales que se celebrarán en agosto de 2025.
Tras una larga marcha, los partidarios de Morales han impuesto en las últimas semanas bloqueos de carreteras en casi toda la región de Cochabamba, bastión electoral del ex presidente, y en los últimos días, después de que la intervención policial provocara la detención de más de 60 manifestantes, el propio Morales ha iniciado una huelga de hambre contra el actual Gobierno “hasta que éste acepte el diálogo”. El presidente Luis Arce, por su parte, cree que la marcha esconde un 'intento de golpe de Estado' contra él y el vicepresidente David Choquehuanca, con la intención de que el titular del Senado, Andrónico Rodríguez, un parlamentario cercano a Morales, asuma la presidencia del país para permitir la candidatura del ex presidente.
“El bloqueo de carreteras no es la solución más adecuada a la preocupante situación política, económica y social” que vive Bolivia, lamentaban ya los obispos el mes pasado.
En un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), instan a la sociedad civil y a las autoridades a buscar soluciones que promuevan la paz y el bien común, frente a los conflictos que “están asfixiando al país”. En el texto califican la situación de “caótica y preocupante” debido a los conflictos sociopolíticos, y piden “medidas justas” para devolver la paz a la nación.
El episcopado boliviano reconoce que los bloqueos debido a “intereses personales y partidistas, que impiden el libre tránsito, han desencadenado una crisis humanitaria que afecta a todos los ciudadanos”. Por ello, consideran inaceptable “la indolencia frente al sufrimiento de la población”, mientras la violencia sigue recrudeciéndose. Este clima de tensión y conflicto, alimentado por los cortes de carretera, está provocando de hecho escasez de alimentos, de combustible y un aumento desproporcionado del coste de la vida.
Ante las condiciones de inestabilidad de la nación, la Iglesia boliviana ha lanzado un llamamiento a la “unidad, la empatía y la solidaridad” pidiendo a todos los ciudadanos que actúen con responsabilidad y muestren “amor a la patria, poniendo a Bolivia y el bien común de sus habitantes en el centro de nuestras acciones”.
(AP) (Agencia Fides 6/11/2024)