ASIA/INDONESIA - La missio “doméstica” y “ad gentes” de los católicos de Flores. «Las vocaciones no son obra nuestra, sino de Dios», asegura el obispo Hormat

sábado, 12 octubre 2024 vocaciones   seminarios   seminaristas   fe   missio ad gentes   fidei donum   evangelización  

Agenzia Fides

Ruteng (Agencia Fides) - Congregaciones como las Verbitas, Somasquianas, Montfortianas, Vocacionistas, Scalabrinianas y Camilianas, junto con las Hermanas del Perpetuo Socorro, las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua y muchas otras órdenes femeninas, conforman el vibrante panorama religioso de la diócesis de Ruteng, ubicada en la isla indonesia de Flores.

Ruteng no solo es la diócesis con mayor población católica en Indonesia, al contar con 800.000 fieles en una población total de un millón, sino que además está situada en una región considerada como un "lugar único" en la nación. En un país compuesto por más de 17.000 islas, donde predomina la fe musulmana, la isla de Flores es reconocida como «el corazón católico» de Indonesia.

Dentro de este contexto, Ruteng es conocida como «la diócesis de las mil congregaciones», gracias a la presencia de una extraordinaria cantidad de institutos religiosos. Estos institutos operan en diversas áreas como la educación, obras sociales, y la formación sacerdotal, con seminarios que se llenan de jóvenes cada año. Este abundante florecimiento de vocaciones ha convertido a Flores en la «tierra prometida» de las vocaciones.

Las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada son una riqueza reconocida globalmente: También el Papa Francisco, en la homilía de la Misa de la Jornada de la Vida Consagrada del año 2022, dijo de improviso que, ante la crisis vocacional, se podía ir «a la isla de Indonesia (Flores, ed) para encontrar vocaciones».

En esta misma línea, Ciprianus Hormat, obispo de Ruteng, ha compartido en una entrevista con la Agencia Fides los sorprendentes números de vocaciones en su diócesis: «En el seminario menor de Ruteng tenemos 450 chicos, mientras que en la diócesis vecina de Labuan Bajo, recientemente separada de Ruteng, hay 350. Cada año, muchos jóvenes manifiestan su deseo de ingresar».

El obispo ha querido señalar que los seminarios no solo funcionan como una excelente institución educativa de nivel medio, sino también como un espacio donde se cultiva la fe y se lleva a cabo un profundo discernimiento vocacional. «Es importante recordar que también existen numerosas casas de formación y seminarios de órdenes religiosas que acogen a otros cientos de jóvenes», ha añadido.

“También es cierto y fisiológico que el porcentaje de los que continúan el camino del seminario menor al mayor sea del 40% o del 50%, pero es justo que sea así, que los chicos escuchen y profundicen la voluntad de Dios en sus vidas, y sigan su propio camino. Sin embargo, son años importantes para la formación humana y cristiana, una herencia que llevan consigo para toda la vida”, ha proseguido explicando.

El obispo nos ha descrito la vida pastoral en la diócesis de Ruteng diciendo: “Tenemos 85 parroquias, 212 sacerdotes diocesanos y más de 200 sacerdotes religiosos, unas 50 congregaciones religiosas femeninas con un total de más de mil mujeres consagradas presentes en casi todas las parroquias. La fe está viva, y por ello damos las gracias a los misioneros portugueses y holandeses que llevaron y predicaron el Evangelio en todos los pueblos e hicieron que arraigara en la tierra. Ahora los misioneros ya no están en la diócesis, porque desde 1991 la Iglesia camina con sus propias fuerzas”.

“En la diócesis hay 265 escuelas primarias y 20 institutos a los que asisten miles de alumnos, además de otras muchas obras educativas: en nuestra zona, la Iglesia es históricamente una institución que promueve escuelas de calidad, y las primeras escuelas que se crearon aquí eran católicas. También hay escuelas de formación profesional: los misioneros ya han visto y comprendido que, para cambiar o incidir en la sociedad, se empieza por la educación. Por eso, hace poco, después de mucho trabajo, terminamos una obra como la Universidad Católica de San Pablo, que se ha convertido rápidamente en un punto de referencia crucial para nuestros jóvenes”, ha proseguido relatando el obispo.

Según el obispo, todo esto es un don que hay que compartir y no apropiárselo: “Esta riqueza no es sólo 'nuestra'. La ponemos al servicio de la Iglesia en Indonesia y de la Iglesia universal. Por eso tenemos una floreciente y dinámica actividad de 'missio domestica', por la que los sacerdotes de Ruteng van a realizar un servicio pastoral y apostólico en otras diócesis de Indonesia, en regiones pobres que también necesitan personal eclesiástico, como Papúa, Sumatra y Borneo".

“El don de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada es siempre un misterio: es Dios quien llama - ha proseguido explicando el obispo -. Estas vocaciones son obra de Dios. Acompañar a los jóvenes al sacerdocio, por tanto, no es sólo una obra 'para nosotros', sino en beneficio de toda la comunidad eclesial, también para Europa. Desde Ruteng, nuestros sacerdotes van en misión a Suiza, Austria, Italia. Con Holanda, la antigua nación colonizadora, existe un acuerdo pastoral por el que algunos de nuestros sacerdotes se trasladan y sirven allí durante unos años, como fidei donum, y luego regresan a casa. Así es como vivimos y nos sentimos realmente parte de la Iglesia universal: las necesidades de la Iglesia en Holanda son nuestras necesidades. Todavía está vivo el recuerdo del bien que hizo aquí en nuestro territorio el último obispo holandés, Verbita Wilhelm van Bekkum (obispo de Ruteng de 1951 a 1972, ed). En nuestros corazones existe gratitud y hoy la expresamos de esta manera. Buscamos continuar la labor de estos misioneros en el presente y nos inspiramos en ellos: queremos ser, como dice el Papa Francisco, una Iglesia abierta, misionera, en salida...”.
(PA) (Agencia Fides 12/10/2024)


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