VATICANO/AUDENCIA GENERAL - El Papa: los cristianos deben difundir el perfume de Cristo, no el mal olor de su propio pecado

miércoles, 21 agosto 2024

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Somos, ante Dios, el perfume de Cristo”. El Papa Francisco citando a San Pablo ha pedido a los católicos que se comprometan para que alrededor de cada creyente se pueda oler “la fragancia del Espíritu de Cristo”. El Pontífice, continuando el ciclo de catequesis sobre “El Espíritu y la Esposa”, centró la meditación de hoy sobre el tema “El Espíritu Santo en el bautismo de Jesús”.

“¡Toda la Trinidad se dio cita en ese momento a orillas del Jordán! Está el Padre que se hace presente con su voz; está el Espíritu Santo que desciende sobre Jesús en forma de paloma y es Él a quien el padre proclama como su Hijo amado. Es un momento muy importante de la Revelación y muy importante en la historia de la salvación”, dijo el Papa.

“En el Jordán Dios Padre 'ungió con el Espíritu Santo', es decir, consagró a Jesús como Rey, Profeta y Sacerdote. En el Antiguo Testamento los reyes, los profetas y los sacerdotes eran ungidos con aceite perfumado. En el caso de Cristo, en lugar del aceite físico, está el aceite espiritual que es el Espíritu Santo, en lugar del símbolo está la realidad. Está el Espíritu que desciende sobre Jesús. Jesús estuvo lleno del Espíritu Santo desde el primer momento de su Encarnación. Sin embargo, se trataba de una 'gracia personal' - señaló el obispo de Roma -, intransferible; ahora, sin embargo, recibe la plenitud del don del Espíritu para su misión, que, como cabeza, comunicará a su cuerpo que es la Iglesia. Por eso la Iglesia es el nuevo 'pueblo real, profético y sacerdotal'”. “El término hebreo 'Mesías' y el correspondiente término griego 'Cristo', ambos referidos a Jesús - explicó el Pontífice -, significan 'ungido'. Ungido de alegría. Ungido con el Espíritu Santo. Nuestro mismo nombre de 'cristianos' será explicado por los Padres en el sentido literal de cristianos 'ungidos a imitación de Cristo'”.

El Papa se ha referido luego al crisma, el aceite perfumado que consagran los obispos el Jueves Santo: “Sabemos que, desgraciadamente, a veces los cristianos no esparcen el perfume de Cristo, sino el mal olor de su propio pecado. Esto, sin embargo, no debe distraernos del compromiso de realizar, en la medida que podamos y cada uno en nuestro entorno, esta sublime vocación de ser buen olor de Cristo en el mundo”. El olor de Cristo, concluyó Francisco, se desprende de los “frutos del Espíritu”, que son “el amor, la alegría, la paz, la magnanimidad, la benevolencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio de sí. Si nos esforzamos por cultivar estos frutos, entonces, sin que nos demos cuenta, alguien olerá un poco de la fragancia del Espíritu de Cristo a nuestro alrededor”. Antes de la bendición, el pensamiento del Papa se dirigió a los catequistas: “Hoy, la conmemoración de San Pío Pensemos en nuestros catequistas, nuestros catequistas que realizan tanto trabajo y son, en algunas partes del mundo, los primeros en llevar adelante la fe. Oremos hoy por los catequistas, que el Señor les dé valor y puedan seguir adelante”.

Por último, otro llamamiento a la paz: “Por favor, no nos olvidemos a la martirizada Ucrania que tanto sufre. No nos olvidemos de Myanmar, Sudán del Sur, Kivu del Norte y muchos países que están en guerra. Recemos por la paz. Y no nos olvidemos a Palestina e Israel. ¡Que haya paz!”.
(F.B.) (Agencia Fides 21/8/2024)


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