VATICANO/ÁNGELUS - Papa Francisco: “La Eucaristía es necesaria, Jesús nos salva alimentando nuestra vida con la suya”

domingo, 18 agosto 2024

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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La Eucaristía es necesaria para todos. Jesús se ocupa de la mayor necesidad: nos salva, alimentando nuestras vidas con la suya, y esto es para siempre”. Son las palabras del Papa Francisco en el rezo del Ángelus dominical. El Pontífice, comentando el pasaje del Evangelio de este domingo donde Jesús afirma “Yo soy el pan vivo bajado del cielo”, señaló cómo “ante la multitud, el Hijo de Dios se identifica con el alimento más común y cotidiano: el pan”.

“¿Cómo puede Jesús darnos a comer su propia carne? También nosotros nos hacemos hoy esta pregunta, pero con asombro y gratitud. He aquí dos actitudes sobre las que reflexionar frente al milagro de la Eucaristía”, explicó el Papa.

Ante todo, asombrarse “porque las palabras de Jesús nos sorprenden. Jesús siempre nos sorprende. El pan del cielo es un regalo que supera todas las expectativas. Quien no comprende el estilo de Jesús sigue sospechando”. Y, después, la gratitud porque Cristo, “después de haber multiplicado los panes terrenales”, “prepara un don aún mayor: Él mismo se convierte en verdadero alimento y verdadera bebida”. Ante esto solo podemos decir: “Gracias”.

Y ese pan, o la Eucaristía, “nos es más que necesario, porque - subrayó el obispo de Roma - satisface el hambre de esperanza, el hambre de verdad, el hambre de salvación que todos sentimos no en el estómago, sino en el corazón”. Pero hay que tener cuidado: “El pan vivo y verdadero no es algo mágico, no, no es algo que de repente soluciona todos los problemas, sino que es el mismo Cuerpo de Cristo, que da esperanza a los pobres y vence la arrogancia de los que se jactan en su detrimento”.

Después del Ángelus, el pensamiento del Papa se dirigió a África, en concreto, a la República Democrática del Congo, donde fueron beatificados en Uvira, Luigi Carrara, Giovanni Didoné y Vittorio Faccin, - misioneros javerianos italianos- , junto con Albert Joubert, sacerdote congoleño. Fueron asesinados por odio a la fe en 1964. El Papa aseguró que “su martirio fue la culminación de una vida entregada al Señor y a los hermanos”. “Que su ejemplo y su intercesión alienten caminos de reconciliación y de paz para el bien del pueblo congoleño”, deseó Francisco.

El Pontífice también hizo un llamamiento a la paz: “Sigamos rezando para que se abran caminos de paz en Oriente Medio -Palestina, Israel-, así como en la martirizada Ucrania, en Myanmar y en todas las zonas de guerra, con el compromiso del diálogo y la negociación y absteniéndose de acciones y reacciones violentas”.

“Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen domingo!”, se despidió el Papa.
(F.B.) (Agencia Fides 18/8/2024)


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