Por Antonella Prenna
Addis Abeba (Agenzia Fides) – «Se trata de un accidente estremecedor y desastroso. Muchos han perdido la vida bruscamente, hasta la fecha se han recuperado más de 260 cadáveres, según informan las noticias locales». Estas son las palabras enviadas a la Agencia Fides por el Vicario Apostólico de Hosanna y Administrador Apostólico de Soddo, Seyoum Fransua, en referencia al deslizamiento de tierra que ha afectado a la zona de Gofa, Kencho Shacha Gozdi Kebele, Geze Gofa Woreda, el 22 de julio causando una grave crisis humanitaria.
«Inmediatamente enviamos un equipo de emergencia de la oficina del Vicariato de Soddo, que todavía se encuentra en el lugar donde se produjo el desprendimiento. Esta mañana, otro equipo de la oficina del Vicariato de Soddo, el Director Ejecutivo de la Comisión Social y de Desarrollo de la Conferencia Episcopal de Etiopía y el Servicio Católico de Socorro de Etiopía llegaron a la zona para reunirse con los supervivientes, el Jefe de la Comisión de Desastres y Prevención del Gobierno Federal de Etiopía y funcionarios administrativos de la zona, y estamos a la espera de nuevas indicaciones», añade el obispo Fransua.
«Además, uno de los sacerdotes de Soddo ha acudido al lugar junto con otros representantes de diferentes confesiones e instituciones religiosas. Según me acaba de decir, hasta el momento hay 46 familias afectadas, con una media de seis niños por hogar. El gobierno federal, los estados regionales, las administraciones municipales y otras organizaciones no gubernamentales siguen colaborando para recuperar los cadáveres, enterrarlos e intentar ayudar a los supervivientes en sus necesidades básicas. Aún no sabemos con certeza cuántos han muerto. Los supervivientes y los habitantes de los alrededores necesitan desesperadamente ayuda humanitaria inmediata. Tengo previsto acudir al lugar lo antes posible para llevar ayuda».
El prelado ha expresado públicamente su profundo pesar por el inmenso sufrimiento causado por la catástrofe. Asimismo, ha subrayado la urgente necesidad de ayuda humanitaria y ha hecho un llamamiento a la solidaridad y al apoyo de los colaboradores locales e internacionales para hacer frente con eficacia a la crisis. En respuesta a esta grave situación, la Iglesia católica etíope, a través de sus diversas agencias y en cooperación con otras organizaciones humanitarias, está intensificando sus esfuerzos para proporcionar ayuda y apoyo. La Iglesia está movilizando recursos y coordinándose con las comunidades locales para garantizar que la ayuda llegue a los necesitados de forma rápida y eficaz.
«El incidente es tan grave que todos estamos concentrados en estar cerca de las personas necesitadas en este momento», afirma el Obispo de Fransua, P. Dejene Hidoto Gamo, O.F.M. Cap. «Se trata de una verdadera crisis humanitaria», añade continua el obispo, recientemente nombrado por el Santo Padre Vicario Apostólico de Soddo (véase Agencia Fides 19/06/2024).
«Estamos profundamente entristecidos por el reciente deslizamiento de tierra que ha devastado la zona de Gofa, causando inmensas pérdidas y sufrimiento», se lee en el mensaje enviado a la Agencia Fides por los líderes de la Iglesia católica etíope a las víctimas y a la comunidad católica. Como líderes y miembros de la Iglesia católica, ofrecemos nuestras más profundas condolencias y prometemos nuestro firme apoyo en este difícil momento. Nuestros corazones se entristecen por aquellos que han perdido a sus seres queridos, sus hogares y sus medios de vida en esta calamidad. En respuesta, la Iglesia Católica, a través de Catholic Relief Services (CRS) y la Comisión Social y de Desarrollo de la Iglesia Católica Etíope (ECC-SDCO), se ha movilizado rápidamente para proporcionar ayuda y socorro inmediatos. Estamos a su lado, ofreciéndoles tanto ayuda material como consuelo. Recuerden que no están solos; nuestros pensamientos, oraciones y acciones están con ustedes».
En una carta fechada a 22 de julio de 2024, el Cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel, Arzobispo Metropolitano de Addis Abeba, Presidente de la Iglesia Católica Etíope, subraya la gravedad de esta catástrofe y expresa su profundo pesar, asegurando la solidaridad y el apoyo continuo de la Iglesia a las comunidades afectadas.
A continuación figura una actualización del Equipo de Respuesta de Emergencia de ECC-SDCO/S sobre la situación actual, la respuesta y la implicación de la comunidad católica y de la Iglesia, en la que los obispos manifiestan su agradecimiento por todo el apoyo que pueda prestarse en esta grave emergencia.
Según datos facilitados por la Oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), además de la pérdida de vidas, la catástrofe ha afectado profundamente a más de 50.000 personas. La cifra incluye desplazados, heridos y personas que han perdido sus hogares y medios de subsistencia. En concreto, hay 5.776 familias en dos kebeles (pequeñas aldeas) que necesitan refugio urgente. Además, un total de 596 familias han sido evacuadas debido al deslizamiento de tierras. Entre estas familias evacuadas hay 1.367 niños, que son especialmente vulnerables y necesitan apoyo y cuidados inmediatos.
La situación se está deteriorando rápidamente», continúa la OCHA, »y los 28 kebeles de la woreda (subdivisiones territoriales) están en situación de riesgo. De ellos, seis kebeles han sido clasificados como altamente vulnerables debido a su ubicación geográfica y a la intensidad del impacto. Estas áreas están experimentando los efectos más graves, incluyendo daños significativos en infraestructuras y viviendas. Además, las continuas precipitaciones aumentan la probabilidad de que se produzcan nuevos deslizamientos de tierra y, esta amenaza, exige nuevas evacuaciones. Las condiciones meteorológicas son impredecibles y la situación podría empeorar aún más si persisten las lluvias.
A pesar de las difíciles condiciones, las acciones de respuesta continúan. La Cruz Roja ha proporcionado tiendas de campaña a 100 familias, ofreciendo refugio temporal a quienes han perdido sus hogares. Representantes del gobierno federal están trabajando activamente en la zona afectada, junto con funcionarios locales y organizaciones de ayuda, para evaluar las necesidades y coordinar la asistencia.
La presencia de larga data de la Iglesia católica y su infraestructura en la región permite una coordinación eficaz de los recursos y la distribución de la ayuda, garantizando que ésta llegue a tiempo a los más necesitados. En cuanto a las necesidades sanitarias urgentes de la población afectada, como la prevención de enfermedades y el acceso a agua limpia e instalaciones sanitarias, la Iglesia ha establecido subdivisiones específicas dentro de los Centros de Coordinación de Emergencias (CCE). Además, en respuesta al profundo impacto psicológico en los supervivientes, se pusieron en marcha programas integrados de apoyo psicosocial. Estas iniciativas, apoyadas por la Iglesia, tienen como objetivo proporcionar asesoramiento y servicios de salud mental para ayudar a las víctimas a afrontar eficazmente el trauma y el estrés. Se da prioridad a las actividades que salvan vidas, como los servicios médicos de urgencia y las operaciones de búsqueda y rescate. La colaboración entre CRS, ECC-SDCO y los colaboradores internacionales garantiza un enfoque holístico para abordar las necesidades inmediatas y a largo plazo, fomentando la resiliencia y la recuperación de las comunidades afectadas.
El panorama presentado por la OCAH subraya la gravedad de la situación y la urgente necesidad de una respuesta coordinada y global. La colaboración y el apoyo continuos de todas las partes interesadas son esenciales para hacer frente a las necesidades inmediatas y mitigar las repercusiones a largo plazo de esta catástrofe.
(Agencia Fides 26/7/2024)