ÁFRICA/ETIOPÍA - “La fuerza de nuestro pueblo es una fe arraigada”: el Vicario Apostólico de Soddo

miércoles, 4 diciembre 2024

DH

de Antonella Prenna

Roma (Agencia Fides) – “Nuestra fuerza, la fuerza de nuestro pueblo, de nuestro vicariato y de nuestra diócesis es la fe. Tenemos una fe muy arraigada, la gente confía en Dios, pone su esperanza en Dios de que el futuro les reservará algo bueno”. El recién elegido Vicario Apostólico de Soddo, Dejene Hidoto Gamo, O.F.M. Cap., en un encuentro con la Agencia Fides comparte las prioridades, el compromiso y el entusiasmo tras su nombramiento en su diócesis de origen.

“La reacción a mi nombramiento ha sido abrumadora. Cuando el Nuncio me pidió que me reuniera con él para comunicármelo me sentí abrumado porque no me lo esperaba. Dios quería que sirviera de esta manera y por eso recé para aceptar su voluntad”, señala el capuchino

“Celebraré mi primera misa como obispo el 9 de febrero de 2025 en Dubbo, en el santuario de Nuestra Señora de Lourdes, al que estoy muy unido y donde fui párroco de 2000 a 2006. Antes de mi nombramiento episcopal, fui coordinador pastoral durante siete meses, en los que intenté estudiar el contexto y me di cuenta de que las necesidades pastorales de los jóvenes, de los niños de 13 a 14 años, son diferentes. Organicé reuniones con sacerdotes para saber cuáles eran las prioridades en las distintas parroquias, y descubrí que las necesidades son casi las mismas”.

“Nuestro vicariato es muy extenso y conlleva un gran compromiso cultural y político -continúa el obispo Dejene-. Limitamos al sur con Kenia y al suroeste con Jima Bonga, que es otro vicariato. Políticamente, Soddo es el segundo en cuanto a grupos étnicos, con la consiguiente diversidad de lenguas, culturas y, por desgracia, un número muy limitado de sacerdotes para atender a toda la zona. En total, tenemos 25 sacerdotes, la gente nos pide que abramos una nueva presencia católica, pero con estos pocos números tenemos grandes dificultades”, señala el prelado, destacando las dificultades para promover la formación de los jóvenes. Además, los sacerdotes no disponen de residencia y se ven obligados a desplazarse todos los días para llegar a las distintas parroquias con un gran gasto económico. “Sin embargo, no nos desanimamos, las iglesias están llenas de jóvenes y, junto con los párrocos y otros sacerdotes, intentamos trabajar para que florezcan cada vez más vocaciones”.

“La Iglesia católica es muy apreciada, la estima y el afecto que nos rodean son enormes, están agradecidos por las actividades sociales que llevamos a cabo en las distintas zonas. Las autoridades políticas nos respetan, al igual que los distintos grupos religiosos, porque promovemos la paz. De hecho, somos conocidos por nuestra coexistencia pacífica con otras confesiones religiosas. Siempre que hay un pequeño conflicto, prefieren llamar a los católicos para que den testimonio y reconcilien a otros grupos”

“En cuanto a la educación, aunque la situación es diferente de un lugar a otro, mantenemos nuestro compromiso con las escuelas. En Soddo y la zona de Wolayta, por ejemplo, no había conciencia de lo importante que era enviar a los hijos a la escuela, pero ahora casi todo el mundo lo hace. No ocurre lo mismo si se va al sur, cerca de la frontera con Kenia, donde todavía no se anima a los niños a estudiar, especialmente a las mujeres. En algunas zonas, la mayoría de los jóvenes no van a la universidad, la tasa de desempleo es muy alta y, a falta de trabajo, los chicos emigran. Las chicas van sobre todo a países árabes y muy a menudo se hacen musulmanas. Los chicos emigran a Europa o a otros países, y por desgracia suele ocurrir que mueren en el viaje, sobre todo en el Mediterráneo”.

“La población total de Etiopía se acerca ya a los 120 millones de personas y nosotros somos una minoría, en torno al 2%. Sin embargo, bien arraigados en la fe y la esperanza, seguimos trabajando junto a la gente”, concluye el Vicario Apostólico.
(AP) (Agencia Fides 04/12/2024)

DH


Compartir: