Transparencia electoral
Caracas (Agencia Fides) – La cita electoral del 28 de julio "marcará el futuro" de la República venezolana. Por eso es necesario superar las tentaciones del abstencionismo y la apatía, y tomar nota de que “la participación libre, consciente y responsable en estas elecciones es de gran importancia para diseñar un futuro con esperanza y construir un país de progreso, paz, justicia y libertad”. Se trata ante todo de un enérgico llamamiento a no desertar de las urnas que lanzan los obispos de Venezuela con vistas a las próximas elecciones presidenciales, previstas para el domingo 28 de julio. Pero en el extenso documento de 18 puntos publicado al término de la última asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal, los obispos expresan también juicios realistas y alarmados sobre el estado del país, reconociendo la "situación de grave crisis que golpea al pueblo, sujeto de la democracia".
El presidente en funciones, Nicolás Maduro, confirmó su candidatura para un tercer mandato el 16 de marzo de 2024. Entre los otros candidatos, Edmundo Gonzàles Urrutia, fue elegido para representar a la Plataforma Unitaria, la principal alianza política de oposición.
En los últimos años, – se lee en el comunicado de los obispos – Venezuela “ha experimentado un deterioro constante en los sistemas educativo, alimentario, de salud, de servicios públicos, de participación ciudadana, de justicia y de libertades tipificadas en la Constitución Nacional”. Una situación agravada “debido a que muchas de sus instituciones se han transformado en autorreferenciales, sirviendo solo a una parcialidad política”.
Ante esta realidad, el pueblo venezolano tiene “una nueva oportunidad para tomar decisiones a través del voto consciente y libre que produzca una reforma profunda de la democracia, de la sociedad civil y de la calidad de vida”. El día 28 de julio, insisten los obispos, “debe ser un día de fiesta democrática no solo en nuestro territorio, sino también en donde se encuentran nuestros hermanos y hermanas migrantes que ejercerán el sufragio con la esperanza de volver a reunirse con sus seres queridos en una patria que les abra las puertas al desarrollo y a la felicidad”.
El documento de los obispos reconoce que lo que está sucediendo en Venezuela “es un proceso electoral atípico, en el que no hay igualdad de oportunidades para todos. Es necesario para la paz ciudadana, que cese la persecución y el hostigamiento a quienes facilitan instrumentos necesarios para las concentraciones y la libertad de movimiento de candidatos con opciones diversas a la opción gubernamental”.
Los obispos recuerdan en particular las responsabilidades del Consejo Nacional Electoral, que está llamado a garantizar “la transparencia y la confiabilidad de los resultados al país y a cada ciudadano con derecho a voto”, y las de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana como “garante de la institucionalidad democrática”.
Según los obispos, la lista de tareas que deberán abordar los elegidos es larga: “la reinstitucionalización del Estado y del País, promover la separación de poderes del Estado, la promoción y respeto a los derechos humanos, el diseño de una nueva economía que genere puestos de trabajo y salario digno, el mejoramiento de la calidad de los servicios públicos, reconfigurar el sistema educativo, sabiendo que la clave de todo progreso está en la educación humanizadora”. También es necesario “fortalecer el sistema de Salud para una atención digna y eficaz a los enfermos, luchar contra la pobreza y la corrupción, promover el respeto a las libertades ciudadanas y de expresión”.
En la parte final de su comunicado, los obispos invitan “al pueblo de Dios que peregrina en Venezuela, a cada parroquia y comunidad, a intensificar los espacios de oración por la paz y el bienestar de nuestro país, y para que el proceso electoral se realice en un ambiente de respeto”.
(GV) (Agencia Fides 15/7/2024)