Bissau (Agencia Fides) – “Como Iglesia, estamos preocupados por los daños que causa la droga porque desestabiliza al país, arruina la economía y su comercio es visto como una forma fácil de enriquecerse”, afirman los sacerdotes de Guinea Bissau en una declaración publicada al término de su asamblea general.
La droga es una plaga social, explican los sacerdotes, porque “se pierden vidas, las familias se ven obligadas a cuidar de niños huérfanos y, si observamos este panorama, nos daremos cuenta de que el tráfico de drogas causa inestabilidad en Guinea Bissau y un aumento significativo de la criminalidad transnacional en nuestro país”.
Es precisamente la criminalidad transnacional la que ha transformado, desde principios de los años 2000, a Guinea Bissau en un importante centro de tráfico de cocaína procedente de Sudamérica y dirigida a Europa a través de África Occidental, el Sahel y el Norte de África. La crónica inestabilidad política del país (desde la independencia en 1974 hasta hoy ha habido 17 golpes de estado) ha permitido a los narcotraficantes colombianos establecerse en el país, seguidos por miembros de la 'Ndrangheta, la poderosa mafia de origen calabrés, que desempeña un papel central en la distribución global de la “polvo blanco”. La droga llega por mar al archipiélago de las islas Bijagós (88 islas e islotes de difícil control por parte de las débiles y corruptibles fuerzas militares y de policía locales) donde se almacena para luego emprender el viaje a través de Senegal y Guinea Conakry hacia Mali y Mauritania, desde donde finalmente se dirige a Europa.
A lo largo de los años, los países de África Occidental han pasado de ser simples puntos de tránsito de la droga a convertirse también en mercados de consumo (véase Fides 29/6/2024). No solo de cocaína, sino principalmente de mezclas de sustancias estupefacientes conocidas como Kush. Estas mezclas ya han suscitado alarma social en Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry (véase Fides 27/10/2023 y 8/4/2024). Con su pronunciamiento, los sacerdotes de Guinea Bissau destacan que el problema también afecta a su país. “Exhortamos a las autoridades de Guinea Bissau a demostrar un compromiso decidido en la lucha contra el tráfico de drogas”, afirman.
Más aún, según un análisis realizado por un instituto holandés sobre muestras de Kush incautadas en Sierra Leona y Guinea Bissau, por encargo de sus respectivos gobiernos, se ha detectado la presencia de cannabinoides sintéticos y nitazenos, potentes opioides sintéticos. Estos últimos, también conocidos como opioides benzimidazólicos, están causando alarma en los centros antidrogas de los países más desarrollados porque se están difundiendo como sustitutos de los opiáceos tradicionales, como la heroína. Los nitazenos son hasta 20 veces más potentes que el fentanilo, que a su vez es 50 veces más potente que la heroína y 80-100 veces más potente que la morfina. Se comprende, por tanto, los efectos nocivos derivados del consumo de estas sustancias debido a su alto potencial adictivo y la posibilidad de causar depresión respiratoria.
(L.M.) (Agencia Fides 4/7/2024)