ASIA/JAPÓN - Proclamar la fe en la encrucijada de la existencia

jueves, 27 junio 2024 cultura   sociedad   jóvenes   evangelización  

Amy Tran su Unsplash

Tokio (Agencia Fides) - "En Japón se ve claramente que el punto central para el cristiano es el cruce de caminos. En un instante, en la encrucijada de la vida de otra persona, se da la oportunidad de testimoniar una pizca de fe y evangelizar. Si llevamos a Jesús en el corazón en ese preciso momento, lo comunicamos a las persona que encontramos, que tocamos, que acariciamos o con las que chocamos". El espacio fecundo del anuncio cristiano en tierra japonesa es el de la "encrucijada", dice a la Agencia Fides Andrea Lembo, PIME, nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Tokio por el Papa Francisco en septiembre de 2023.

El misionero de 50 años, ex superior regional del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras para Asia Oriental, subraya que "en la concepción japonesa, la belleza no es un estado permanente, sino un momento pasajero, como los diez días de floración de los cerezos, el sakura. En este breve período -indica- hay espacio para ofrecer el Evangelio" a la cultura y la sociedad japonesas. "Si vemos el cristianismo solo como una 'religión', no entrará en el corazón de los japoneses. Pero si lo entendemos como una forma de vivir la experiencia de Cristo, entonces descubrimos a Japón cerca del Evangelio y encontramos a Cristo ya presente en esta cultura", subraya.

El obispo auxiliar comparte su experiencia del "Shinsei-kaikan", el centro cultural católico que dirige desde 2021, ubicado en uno de los barrios centrales de Tokio. Es un espacio abierto y acogedor donde se ofrece a los jóvenes universitarios, incluidos los no católicos, la oportunidad de "caminar juntos" y participar en actividades culturales, cursos bíblicos y encuentros sobre arte y cuestiones sociales.

El nombre del Centro significa "Vida y Verdad". Fue fundado en 1934 por el sacerdote diocesano P. Soichi Iwashita como dormitorio dedicado a San Felipe Neri: "Él comprendió que Japón se encaminaba hacia la guerra mundial como un país imperialista hipermilitarizado, y quiso sembrar en los jóvenes la espiritualidad cristiana. El objetivo era fomentar el crecimiento de los jóvenes y arraigarlos en los valores cristianos. Hoy, el Shinsei-kaikan está abierto a todas las personas, especialmente a quienes buscan un sentido a su vida o atraviesan dificultades", explica.

Somos un pequeño punto en la zona del gran complejo de la sede de la Soka Gakkai, la asociación budista. Llevamos a cabo nuestra misión especialmente entre los jóvenes, en medio de fenómenos sociales preocupantes", señala. Entre los fenómenos mencionados en la sociedad japonesa está el del "Cosplay" (del inglés "costume" y "play", el arte de disfrazarse para representar a un personaje de una película, serie de televisión, dibujo animado o cómic), "por el cual los jóvenes se disfrazan y viven la vida de ese personaje; se convierte en una forma de evasión de una realidad y de una mentalidad muy rígida que, desde la escuela primaria, encauza a los niños en un sistema de normas estrictas. Estas personas empiezan a vivir esta vida que no es real, pero que se convierte en su realidad. Pueden expresar lo que llevan dentro y ponerlo en un disfraz que se convierte en su nueva identidad, una doble vida y una red de contactos paralela. Esto puede provocar desequilibrios psicológicos y sociales".

Un segundo fenómeno grave es el de los suicidios: "El número de suicidios sigue siendo muy elevado, sobre todo entre los jóvenes, es una plaga increíble: hemos llegado a 36 mil al año, una cifra alarmante, una auténtica guerra". A menudo, el fenómeno del hikikomori -el joven que se encierra en su habitación sin salir al mundo exterior- es la antesala de la depresión y el suicidio. "En la base está el miedo a la sociedad, el miedo a no tener éxito en la vida, o un choque relacional que ha tenido en la escuela, como el acoso escolar. Yo lo llamo 'la anorexia de Japón', una anorexia psicológica, es decir, cortar todos los lazos fundamentales de la vida".

El padre Lembo relata: "Hemos seguido a muchos de estos chicos y tenemos que hacer un esfuerzo tremendo para intentar sacarlos de su caparazón, para ir y estar con ellos tantos días, para hablar, para esperar que al menos quieran hacer algo fuera de casa. Están muy asustados y debilitados. Hace poco, uno de nuestros chicos se quitó la vida, unos días antes de Navidad. Era hijo de médicos famosos y su hermana mayor también era licenciada en medicina, por lo que tenía que estudiar por una especie de obligación moral hacia su familia. Llegó a graduarse en marzo del año pasado y luego se desplomó. El chico debía bautizarse en Navidad, pero no llegó a hacerlo. Son historias tristes. Sin embargo, incluso de estas tragedias, el Señor puede traer nuevas esperanzas a las familias: los padres iniciaron un camino de apoyo psicológico y también de profundización en la fe cristiana y han recibido el bautismo".

El centro, que dejó de ser un dormitorio para convertirse en un Centro Cultural Juvenil que ofrecía cursos nocturnos de introducción a la fe cristiana y la Biblia, hace unos 30 años se abrió también a los adultos y ahora -explica- funciona en cuatro campos fundamentales: "El primero es la educación cristiana para jóvenes y adultos, hablamos de catecismo, de la historia de la Iglesia; otro pilar es el estudio de la sociedad japonesa: Invitamos a eruditos y sociólogos para que presenten los retos y cuestiones generales de interés para todos; luego está la rama de la cultura cristiana, que toca el arte y la música sacra: por ejemplo, doy un curso sobre "Arte y Biblia", que despierta mucho interés; por último, está el ámbito del patrimonio cristiano, de ahí el acercamiento, estudio y reflexión sobre los Padres de la Iglesia".

El centro funciona de martes a domingo, imparte clases por la mañana y por la tarde, y todas las noches hay alguna actividad dedicada a la socialización de los universitarios, como rezar, reunirse o compartir una comida. "Shinsei-kaikan quiere ser un lugar de aprendizaje, un lugar de amistad, un lugar de relajación. Acompañamos a los jóvenes a redescubrir la belleza de su corazón, a experimentar la alegría de la fraternidad, a fomentar el sentido de la confianza en las personas y el desarrollo equilibrado. En este camino presentamos a la persona de Jesús a través de los relatos evangélicos, proclamamos su mensaje de amor".

Jurídicamente, el Centro no depende directamente de la diócesis y, gracias a la intuición del ex obispo auxiliar de Tokio Kazuhiro Mori, que ha ampliado el Centro, éste ha optado por otra configuración: "Mori prefirió y recomendó convertirlo en una institución social y desde 2021 tenemos esa certificación, lo que le otorga una gran posibilidad de apertura y acogida".

El Centro, subraya el P. Lembo, permanece como "una obra de evangelización de la cultura, en la cultura, con las herramientas de la cultura actual. También estamos online, disponemos de redes sociales. El camino es hacer dialogar la fe con la cultura japonesa, una cultura espléndida que tiene como sustrato el sintoísmo, que es esencialmente vida, en el que existe toda una relación con la naturaleza, una relación con la belleza. Luego está el budismo, que es silencio, limpieza, bondad, paciencia. En Japón, basta con ver la delicadeza y el arte de los jardines zen, un mundo de significado y una verdadera experiencia espiritual. El cristianismo entra en estas coordenadas para poder anunciar el Evangelio. Por eso, uno de los puntos fundamentales es el arte, y tratamos de tender puentes con el arte japonés".

Para concluir, el obispo auxiliar afirma: "En esta delicadeza japonesa también puede tener cabida el "desequilibrio" cristiano, el amor de Cristo en la cruz. Se puede comunicar a Jesús con categorías japonesas. En el Centro Shinsei-kaikan, caminamos juntos. Y en este camino cada persona puede descubrir que hay algo diferente, que es Cristo".
(PA) (Agencia Fides 27/6/2024)


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