Roma (Agencia Fides) – “Frente a los chinos especialmente, me pareció oportuno no acreditar en modo alguno la sospecha de que la religión católica apareciera puesta bajo protección y, peor aún, como instrumento político al servicio de las naciones europeas”. Así, en sus memorias, el cardenal friulano Celso Costantini recordaba uno de los rasgos calificativos que habían caracterizado su misión como Primer Delegado Apostólico en China, que se extendió de 1922 a 1933.
Recientemente, la evolución de las relaciones sino-vaticanas y el Acuerdo entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de obispos han reavivado el interés y los estudios en torno a la figura de Costantini (1876-1958), precursor del diálogo del Vaticano con Pekín. En las últimas décadas, mucho antes del Acuerdo China-Santa Sede sobre el nombramiento de obispos, la memoria de esta figura brillante y profética de la Iglesia católica del siglo XX se ha mantenido viva gracias a los trabajos e iniciativas de su compatriota el padre Bruno Fabio Pighin, profesor de la Facultad de Derecho Canónico S. Pío X de Venecia y delegado episcopal para la causa de canonización del propio Costantini.
Ahora, un nuevo volumen editado por el profesor Pighin ayuda a explorar aspectos poco conocidos de la polifacética personalidad de Costantini.
El volumen se titula “El cardenal Celso Costantini y China. Constructor de un 'puente' entre Oriente y Occidente”. La publicación, editada por Marcianum Press, ha sido comisionada por la Asociación “Amigos del Cardenal Celso Costantini”, ya promotora de la exposición permanente “El Cardenal Celso Costantini y China”, que se inauguró en 2023 en el Museo Diocesano de Arte Sacro de la Diócesis de Pordenone.
La nueva obra sobre Costantini se presentará el jueves 20 de junio (17.00 horas) en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Urbaniana. Participarán en la presentación el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad, y monseñor Fortunatus Nwachukwu, Secretario del Dicasterio para la Evangelización (Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares), junto con monseñor Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Dicasterio para los Textos Legislativos. Los saludos de apertura correrán a cargo de Giuseppe Pellegrini, Obispo de Concordia-Pordenone, diócesis natal del Cardenal Costantini, y del Profesor Vincenzo Buonomo, Delegado Pontificio y Rector Magnífico de la Urbaniana.
Pordenone, Fiume, Pekín y Roma
En este gran volumen, los diversos capítulos escritos por académicos y estudiosos iluminan los múltiples rasgos de la ecléctica personalidad de Costantini. Desde los años de su vocación sacerdotal que floreció en la diócesis de Concordia-Pordenone -donde también fue Vicario General, en la época interrumpida por la Primera Guerra Mundial- hasta la actividad pastoral que desarrolló como primer Administrador Apostólico de Fiume (hoy en Croacia), donde en 1920-21 evitó un baño de sangre al oponerse a la empresa del poeta Gabriele D'Annunzio y de los nacionalistas italianos que querían reconquistar la ciudad independiente.
En el volumen, la reconstrucción del papel de Costantini como “gran evangelizador” en China corre a cargo del historiador Agostino Giovagnoli, mientras que su contribución al Consejo de Shanghai es descrita por Adel Afif Nasr. La segunda parte de la obra redescubre el perfil de Costantini como escultor y protagonista del arte sacro. El volumen, con 150 fotos e ilustraciones, presenta también las obras artísticas y los preciosos tejidos chinos que el cardenal dejó nos dejó como legado, y ofrece además una valiosa reseña bibliográfica a cargo de Simon Ee Kim Chong.
El “método Costantini” y el Acuerdo sobre el nombramiento de obispos
La publicación y presentación en Roma de la nueva obra editada por Pighin se inscribe plenamente en la serie de eventos dedicados al centenario del "Primum Concilium Sinense", el Concilio de la Iglesia católica en China celebrado en Shanghai del 15 de mayo al 12 de junio de 1924, que tuvo como principal artífice al entonces Delegado Apostólico Costantini. El pasado 21 de mayo se celebró en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Urbaniana, en colaboración con la Agencia Fides y la Comisión Pastoral para China, una importante conferencia sobre el centenario del Concilium Sinense, y tuvo como ponentes, entre otros, al Obispo de Shanghai Joseph Shen Bin, al Cardenal Pietro Parolin y al Cardenal Luis Antonio Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización (véase Fides 21 y 22/5/2024).
En el videomensaje enviado a esa Conferencia, el Papa Francisco destacó también la contribución esencial ofrecida por Costantini en el Concilio de Shanghái, convocado a instancias del Papa Pío XI para relanzar la labor apostólica en suelo chino, favorecer y acompañar el crecimiento de una Iglesia china autóctona y oponerse a la mentalidad colonial que había penetrado incluso en las prácticas eclesiales. «Constantini -recordaba el Papa Francisco en aquel videomensaje- se limitó a repetir que la misión de la Iglesia era "evangelizar, no colonizar". En el Concilio de Shanghai, también gracias al trabajo de Celso Costantini, la comunión entre la Santa Sede y la Iglesia en China se manifestó en sus frutos fecundos, frutos de bien para todo el pueblo chino».
El cardenal Parolin, en su prefacio al volumen publicado por Marcianum Press, añade detalles sugestivos y valiosos para captar todo el alcance de la profecía de lo que el Secretario de Estado llama “el método Costantini”.
Tras sus años en China, Costantini pasó a ser Secretario de la Congregación de Propaganda Fide, y en 1953 fue creado Cardenal por Pío XII. El nuevo volumen sobre Costantini relata también los pacientes y tenaces intentos que realizó como Delegado Apostólico para favorecer que se soldaran las relaciones directas entre la Santa Sede y las autoridades chinas, y el sabotaje sistemático -casi siempre exitoso- perpetrado por las potencias occidentales para impedir que el Papa tratara con Pekín sin intermediarios. «Ese camino -señala el cardenal Parolin- trazó una dirección, en la que la Iglesia continúa hoy, como sucedió con el Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China reconfirmado en 2022. Este Acuerdo, que ya había sido deseado por el Papa Benedicto en 2007 y firmado bajo el Pontificado del Papa Francisco en 2018, se refiere al nombramiento de Obispos en China, en continuidad ideal con los seis primeros Obispos chinos, consagrados en Roma por Pío XI y el mismo Costantini en 1926». Hoy, igualmente en virtud del Acuerdo firmado en 2018 y prorrogado en dos ocasiones, «todos los prelados del País de Confucio están en comunión con el Sucesor de Pedro y con el Colegio episcopal universal».
El Cardenal Secretario de Estado recuerda también el papel desempeñado por Costantini tras las primeras ordenaciones episcopales realizadas en China sin mandato papal, a partir de 1958. En aquella coyuntura, tan dolorosa para la comunión eclesial -recuerda el cardenal Parolin- Costantini «aconsejó a Pío XII que no leyera la situación china con ojos europeos, porque no se trataba de un 'cisma'». Una sugerencia que tuvo efectos concretos: La encíclica Ad Apostolorum Principis de 1958 «no habla en absoluto de 'cisma'» cuando se refiere a los obispos chinos ordenados sin el consentimiento del Pontífice. En ella, Pío XII, aún en la nueva situación política, reafirmaba el deber de los católicos chinos de amar a su patria y respetar las leyes que no estuvieran en contraste con la fe y la moral cristianas, para favorecer el desarrollo armónico de toda la nación. En esta misma trayectoria se encuentran también varios pronunciamientos del Papa Francisco, en línea con sus predecesores. El «'método Costantini' -señala el cardenal secretario de Estado- es también una fuente de inspiración para el presente». Una dirección "bien ilustrada" también en el volumen editado por el sacerdote y profesor Bruno Fabio Pighin.
(Agencia Fides 18/6/2024)
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