Roma (Agencia Fides) - Para ser misionero "se requiere sólo un gran amor a Dios, y celo por las almas", es el lema del Beato Giuseppe Allamano, fundador en 1901 de los Misioneros y Misioneras de la Consolata (IMC), que pronto será santo.
Según informan desde la Santa Sede, ayer, 23 de mayo, el Papa Francisco aprobó el decreto que atribuye al fundador de los Misioneros de la Consolata el milagro de la curación de un indígena de la selva amazónica que fue atacado por un jaguar y que fue asistido, entre otros, por seis religiosas y un misionero de la Consolata, que invocaron al Beato Allamano, colocando una de sus reliquias junto a la cama del herido.
Nacido en Castelnuovo Don Bosco, Asti, el 21 de enero de 1851 y fallecido en Turín el 16 de febrero de 1926, el sacerdote pionero de la prensa católica dedicó su vida a los demás, comprometido en diversas obras sociales, entre otras la apertura de escuelas, hospitales y el envío de los primeros misioneros a África.
"Este es un momento muy esperado por todos nosotros", ha declarado el P. James Lengarin, Superior General del CMI, que se encuentra actualmente en Bogotá (Colombia) con motivo de la XIII Conferencia Regional. El P. Lengarin, keniano elegido el año pasado en estas mismas jornadas, es el primero de origen africano que ocupa el cargo (véase Agencia Fides 16/6/2023).
Hoy, los CIM están presentes en treinta países con 231 comunidades y más de 1.300 hombres y mujeres al servicio de los demás.
(AP) (Agencia Fides 24/5/2024)