Por Victor Gaetan*
El arzobispo Tarcisio Isao Kikuchi, de 65 años, ejerce un sorprendente número de cargos clave y, sin embargo, es tan discreto como un portero de iglesia.
Presidente de Caritas Internationalis, Secretario General de la Federación de Conferencias Episcopales Asiáticas, Presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa... Pero hace como si nada.
«Ya sabes cómo funciona: la gente excelente hace el trabajo de verdad, el trabajo duro, y yo soy una especie de gobernador que llega y dice 'esto sí' o 'esto no'», comenta riendo.
En vísperas de su viaje a Roma para la visita ad limina de los obispos japoneses y el encuentro con el Papa Francisco, el arzobispo Kikuchi y yo nos sentamos juntos en una sala de reuniones sencilla de la catedral de Santa María, una imponente iglesia contemporánea construida en 1964. Sin ningún tipo de personal entorno, sin "pautas" predefinidas, sin interrupciones, durante una hora y media de conversación.
A continuación, se presentan extractos de una entrevista con el hombre que fue nombrado obispo de Niigata por el Papa Juan Pablo II en 2004, y que hoy, como arzobispo de Tokio, está muy en sintonía con la sensibilidad pastoral del Papa Francisco:
- Como Presidente, ¿cuál es su sueño para mejorar la labor de Caritas Internationalis?
- Trabajo con Cáritas desde 1995, cuando era sacerdote: era voluntario en los campos de refugiados de lo que hoy es la República Democrática del Congo. Luego fui director de Caritas Japón. Así que conozco Caritas Internationalis desde hace mucho tiempo.
Mi sueño en este momento es que entre los miembros de Caritas deje de existir el problema entre “los que tienen” y “los que no tienen”. Hay que tener en cuenta que Cáritas no es una gran organización no gubernamental. Es una confederación de organizaciones nacionales de Cáritas presentes en todos los países, más de 160 países y territorios. Por lo tanto, las organizaciones Cáritas son diversas. Algunas Cáritas, como las de Estados Unidos y Europa, disponen de fondos suficientes, mientras que otras, en África y Asia, carecen de ellos.
Siempre hablamos de "colaboración" y de que debemos trabajar en "partnership". Esto significa que todos debemos ser iguales, trabajar juntos, como hermanos y hermanas. Pero no es lo que ocurre.
La realidad es siempre la misma: los que tienen el dinero mandan sobre los que lo reciben. Esto a veces crea un problema. Por eso quiero introducir, o más bien desarrollar, una verdadera colaboración entre las organizaciones miembros.
- Usted pertenece a la Sociedad del Verbo Divino y fue el primer misionero japonés en África, sirviendo durante siete años como párroco en Ghana. ¿Cómo influye esa experiencia misionera en la forma en que desempeña sus responsabilidades actuales? ¿Qué lecciones ha aprendido de aquella época?
- Hay que escuchar a la gente. Y no imponer nada.
Ghana fue colonia británica, pero el inglés no es el principal medio de comunicación. Hay muchas lenguas locales, lo que significa muchas culturas locales. Yo estaba allí, como misionero que hablaba inglés, y era muy difícil comunicarse. Aprendí la lengua local de una pequeña tribu, pero sobre todo aprendí que para ser un buen párroco tenía que escuchar a la gente, observar lo que hacían, entender lo que pensaban, pero nunca imponer nada a las personas.
Esto es lo que aprendí y cada día descubría algo nuevo. En el Congo me pasó lo mismo, porque no hablo francés. Cuando llegué allí, todo el mundo hablaba francés, incluidos los refugiados de Ruanda. Así que tuve que pedir ayuda a un traductor.
- Sé que los temas de las conversaciones con el Papa son confidenciales, pero ¿podría indicarnos algunas de las preocupaciones de los obispos japoneses que se tratarán con el Pontífice durante su visita ad Limina?
- ¡Es la primera vez que nos reunimos con el Santo Padre desde que vino a Japón en noviembre de 2019! El tema de la visita es 'Proteger toda la vida', un tema que hemos recomendado a la Santa Sede. Esto incluye no solo la cuestión del aborto en Japón, sino también el respeto de la dignidad humana, la abolición de la pena de muerte, el funcionamiento de las centrales nucleares que destruyen el medio ambiente y las preocupaciones ecológicas.
Queríamos intentar organizar una campaña social sobre este tema, pero debido a la pandemia todo se paró y no pudimos hacerlo. Por eso queremos hablar de ello con el Papa. Podemos transmitirle que él vino a predicar sobre la protección de toda vida, el establecimiento de la paz y la abolición de las armas nucleares, pero también plantearle ahora la pregunta sobre qué vamos a hacer para insistir en la protección de la dignidad humana.
A lo largo de la vida de un ser humano, en cada etapa, hay cuestiones relativas a la protección de la vida, a la protección de la dignidad, que en Japón están realmente descuidadas. El sistema familiar tradicional está desapareciendo. Los padres solteros se ocupan de los niños, o los niños están desatendidos: hay todo tipo de problemas relacionados con la dignidad humana. Son grandes problemas que hay que discutir con el Santo Padre.
- He visto que ha adoptado una postura firme ante la amenaza de guerra y el aumento del presupuesto armamentístico. ¿Me puede contar algo más?
- Después de la Segunda Guerra Mundial, debido a lo ocurrido, abolimos el ejército en Japón. La Constitución dice: "Ningún ejército". Sin embargo, en Japón sí existe un ejército, así que ahora mismo hay una gran contradicción. No estamos diciendo que debamos abolir el ejército y las fuerzas armadas. Necesitamos algún tipo de protección, pero ahora mismo es demasiada. Ellos [el gobierno] están gastando demasiado dinero en esto. [Alentado por EE.UU., Japón aprobó un aumento del 16,5% -56.000 millones de dólares- del gasto en defensa para el año fiscal 2024, ed.]. Utilizan la expansión de la influencia de China como excusa y la presencia de Corea del Norte como un pretexto más. Por supuesto, China y Corea del Norte no son países cualesquiera, pero no creo que sean amenazas inmediatas. Especialmente con Corea del Norte, solía haber conversaciones. No sé qué pasa por la cabeza de los políticos japoneses, pero ahora no quieren hablar, y mucho menos reunirse. Si no se habla, no puede pasar nada bueno.
- Una persona de alto rango político me dijo que los gobiernos japoneses no pueden hacer ningún movimiento sin el permiso de Washington DC.
- Es cierto. Muy probablemente sea la verdad.
- La Iglesia católica japonesa se ha implicado admirablemente en los esfuerzos por la paz y en el movimiento por el desarme nuclear. ¿Siente usted una amenaza creciente en relación con el uso de armas nucleares? ¿Es éste un tema que podría abordarse en las conversaciones con el Papa Francisco?
- Sinceramente, hay que pensar que la gente en su sano juicio, los que no están locos, nunca utilizarán armas nucleares porque esas armas son realmente muy destructivas y no sólo destruyen el objetivo, sino también el país que ha iniciado el ataque. Si Estados Unidos atacase a Rusia y Rusia le devolviese el golpe, sería el fin del mundo.
Todo el mundo lo sabe, al menos los que no están locos. Mientras exista este equilibrio de poder, probablemente nadie utilizará armas nucleares, pero luego siempre utilizan las amenazas como excusa para desarrollar nuevos arsenales, gastando mucho dinero para nada. No proporcionan ninguna protección real, así que no hacen más que tirar el dinero a la basura.
- En los círculos occidentales, la situación geopolítica internacional se presenta como una lucha entre el Occidente noratlántico "bueno" y muchos otros países presentados como "malos" (Rusia, China, Irán, Corea del Norte, etc.). ¿Cómo valora esta forma occidental de presentar la situación geopolítica del mundo y la continua apertura de nuevos frentes de guerra?
- Buena pregunta. Antes era muy sencillo: la Unión Soviética y Estados Unidos estaban enfrentados. Pero la Unión Soviética ha desaparecido y la lucha continúa.
Creo que los seres humanos estamos destinados a buscar el conflicto todo el tiempo, por eso siempre hay guerras. Queremos luchar para dar sentido a nuestra existencia. Está ocurriendo incluso ahora. Todo el mundo dice que es política, pero no es sólo política. Lo más probable es que el mayor problema sea el dinero. Dinero, dinero, dinero.
Si observamos la realidad del mundo, sólo unas pocas personas con mucho dinero controlan realmente la economía y la política mundial. Y la mayoría de la gente está bajo ese control. Así que el desequilibrio entre los que tienen y los que no tienen es cada vez mayor y repercute en todos los problemas políticos.
- El Gobierno y los obispos indonesios han anunciado que el Papa Francisco visitará Indonesia a principios de septiembre. ¿Cómo puede esto favorecer a toda la región?
- Muchos de nosotros apreciamos enormemente que el Papa preste atención a países que nadie sigue de cerca, como Indonesia, Timor Oriental y Mongolia. ¡Está muy interesado en Asia!
Para Asia, Indonesia es famosa por ser el mayor país musulmán del mundo. Es muy importante. El cristianismo está protegido por la Constitución, pero hay problemas locales entre cristianos y musulmanes. Por eso, es muy significativo que el Papa vaya a ese país. Podrá hablar de libertad religiosa como hizo en los países del Golfo, y tendrá un fuerte impacto.
- En cuanto a la libertad religiosa, en Japón, durante siglos los cristianos transmitieron la fe de generación en generación, bautizando a los niños en silencio. Sin medios, sin fuerzas, bajo la persecución, pero la fe seguía viva. ¿Qué sugiere esta experiencia histórica sobre la naturaleza de la fe cristiana?
- Cuando hablamos de persecuciones y mártires, siempre se ven ejemplos de la zona de Nagasaki, porque Nagasaki es famosa y es la cuna de la Iglesia católica en Japón. Pero ha habido muchos asesinados por la fe en todo Japón. Por ejemplo, en las zonas del norte de Japón, en Tokio o en las zonas rurales del país, había enormes comunidades cristianas en los pueblos. Los ejemplos de mártires son grandes. Pero, ¿por qué había tantos cristianos en las zonas del norte de Japón? Porque en aquella época los cristianos se dedicaban a la asistencia social, al cuidado de los pobres y los enfermos, y también a la educación.
Durante el periodo shogun [Japón estuvo bajo el gobierno del shogunato Tokugawa desde 1603 hasta 1868, ed.] el poder de Tokio estaba realmente decidido a promover la educación en todo el país basándose en el templo budista. ¿Por qué? Porque temían mucho la influencia cristiana y, por lo tanto, querían apoderarse de las prácticas relacionadas con la presencia cristiana. Por eso, la presencia cristiana configuró el sistema de asistencia social en Japón.
- ¿Qué queda de aquella historia y experiencia de gracia en la Iglesia de Japón hoy?
- Desgraciadamente, hoy el legado de los mártires es mucho más fuerte en la zona de Nagasaki, pero aquí en Tokio no hay mucha gente que se preocupe por ello. No hemos hecho una promoción adecuada.
- Dígame algo hermoso que usted ve entre los fieles de Japón.
- Esta pregunta me recuerda mi primera visita ad Limina en 2007 con el Papa Benedicto XVI, que mantuvo una audiencia privada con cada obispo. (Francisco ha cambiado esta práctica y se reúne con todos juntos).
Cuando me reuní por primera vez con el Papa Benedicto, me preguntó: "¿Cuál es la esperanza que tienes en tu diócesis? Siempre hablaba de esperanza. Así que le dije: "Puedo contarte muchas historias sin esperanza, pero con esperanza...". Entonces me acordé de las mujeres filipinas inmigrantes. Están casadas con campesinos japoneses, porque incluso ahora los campesinos del campo no encuentran esposas japonesas, porque son pocos los que quieren seguir siendo campesinos, así que buscan esposa entre las filipinas, ¡que son católicas!
Estas mujeres católicas vienen a Japón por los campesinos y residen en pueblos donde no tenemos iglesias. Es una esperanza: esposas misioneras que vienen a Japón. El cardenal Tagle, de Filipinas, ha dicho lo mismo. Siempre anima a los emigrantes filipinos: "¡Vosotros sois los misioneros, enviados por Dios!" Y es verdad.
- Tanto el Papa Benedicto XVI como el Papa Francisco con frecuencia han dicho que el cristianismo se difunde a través de la atracción y no del proselitismo. ¿Cómo puede la promesa de salvación y felicidad del cristianismo atraer a los jóvenes japoneses de hoy? ¿Y qué factores prevalecen actualmente a la hora de condicionar psicológicamente a los chicos y chicas japoneses?
- Atraer a los jóvenes es crucial. Una respuesta está en la labor de Cáritas. Desde 2011, en respuesta a los terremotos y tsunamis en el norte de Japón, hemos creado equipos de voluntarios para apoyar a la población local a través de Cáritas. Los no católicos empezaron a llamar cariñosamente a los jóvenes voluntarios "Señorita Cáritas" o "Señor Cáritas". Así que decimos: ¡ésta es nuestra manera de hacer trabajo misionero en Japón! Esto demuestra lo que es la Iglesia. Cáritas es muy importante en un país como Japón para mostrar a la gente el verdadero significado de lo que predicamos.
Muchas gracias, Arzobispo Tarcisio Isao Kikuchi, por su tiempo y su franqueza.
(Agencia Fides 8/4/2024)
*Victor Gaetan es Senior Correspondent del National Catholic Register y se ocupa de cuestiones internacionales. Escribe también para la revista Foreign Affairs y ha colaborado con Catholic News Service. Es autor del libro God’s Diplomats: Pope Francis, Vatican Diplomacy, and America's Armageddon (Rowman & Littlefield, 2021). Su sitio web es VictorGaetan.org