VATICANO - El Papa Francisco en la fiesta de San Esteban: Dios sigue haciendo maravillas a través de los mártires de hoy

martes, 26 diciembre 2023

Roma (Agencia Fides) - También hoy, como en la época de las grandes persecuciones de los primeros siglos, se puede decir que «la sangre de los mártires es semilla de cristianos». Porque también hoy, como entonces, Dios a través de los mártires «sigue obrando maravillas». Lo ha reiterado el Papa Francisco hoy, martes 26 de diciembre, en el día en que, inmediatamente después de Navidad, la Iglesia católica celebra la memoria litúrgica de San Esteban, el primer mártir.
En la breve catequesis precedente al rezo del Ángelus, ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma ha sugerido una vez más el misterioso vínculo que une el martirio a la labor apostólica del anuncio del Evangelio. Lo ha hecho recordando el episodio que une la historia del primer mártir con la de san Pablo, el perseguidor que se convirtió en Apóstol de las gentes, que de joven había asistido a la lapidación de san Esteban.
Entre los dos, entre el perseguidor y el perseguido -ha observado el Papa Francisco- «parece haber un muro impenetrable, tan duro como el fundamentalismo del joven fariseo y como las piedras arrojadas al condenado a muerte». Sin embargo, precisamente «a través del testimonio de Esteban», el Señor «ya está preparando en el corazón de Saulo, sin que él lo sepa, la conversión que lo llevará a ser un gran Apóstol». Esteban, su servicio, su oración y la fe que proclama, su valor y sobre todo su perdón a punto de morir, no son en vano. Los gestos y las palabras de Esteban «parecen terminar en la nada, pero en realidad su sacrificio siembra una semilla que, a contracorriente de las piedras, se planta, de manera oculta, en el pecho de su peor rival».
Hoy - ha proseguido el Papa Francisco - «sigue habiendo -y son muchos- quienes sufren y mueren por dar testimonio de Jesús». Y también «estos hermanos y hermanas también pueden parecer fracasados, pero hoy vemos que no es así. De hecho, ahora como entonces, la semilla de sus sacrificios, que parecía morir, brota y da fruto, porque Dios, a través de ellos, sigue obrando maravillas, para cambiar los corazones y salvar a los hombres».
Sólo la obra de Cristo mismo -sugiere la historia de San Pablo y el testimonio de San Esteban- puede cambiar los corazones y hacer que incluso los perseguidores de antaño se conviertan en hermanos en la fe.
Tras el rezo de la oración del Ángelus, y recordando de nuevo el testimonio de San Esteban, el Papa Francisco ha reiterado su cercanía «a las comunidades cristianas que sufren discriminación», exhortándolas «a perseverar en la caridad hacia todos, luchando pacíficamente por la justicia y la libertad religiosa». El Papa Francisco ha confiado también a la intercesión del primer mártir «la invocación de la paz por parte de los pueblos devastados por la guerra. Los medios de comunicación -ha continuó el Sucesor de Pedro- nos muestran lo que produce la guerra: hemos visto Siria, vemos Gaza. Pensamos en la atormentada Ucrania. Un desierto de muerte. ¿Es esto lo que se quiere? Los pueblos quieren la paz. Recemos por la paz. Luchemos por la paz».
(GV) (Agencia Fides 26/12/2023)


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